El Brexit se resiste en lo político... pero ¿se materializa en los fondos bursátiles?
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Incertidumbre: es la palabra que define el proceso de Brexit, o desconexión de Reino Unido de la Unión Europea. El Parlamento británico ya ha votado dos veces en contra del acuerdo pactado por la primera ministra, Theresa May, y Bruselas, y está por ver cuál es el resultado de la última votación a la que se someterá el acuerdo alternativo que se acaba de presentar. Con este escenario de desacuerdo sobre la mesa, y el 29 de marzo como plazo de salida muy poco realista, todas las posibilidades están abiertas: una salida sin acuerdo, un Brexit duro, un Brexit con retraso, un referéndum sobre el acuerdo alcanzado con la UE, un segundo referéndum sobre la salida en sí, la revocación de la activación del artículo 50 del Brexit, nuevas elecciones... y recordemos que las dudas y la incertidumbre nunca gustan a los mercados.
Quizá por eso, entre otros motivos, la renta variable británica viene sufriendo con fuerza en los últimos tiempos: a un año, incluso los fondos más rentables pierden dinero (con fuertes caídas que oscilan entre el 6 y el 14 por ciento en los mejores casos, entre los fondos en euros, y con caídas relativamente menores en libras) y en los últimos tres años (desde solo unos meses antes de la votación favorable al Brexit) son también muchos los vehículos que presentan números rojos (ver cuadros), según datos de VDOS.
Por su parte, los fondos de la zona euro también están en negativo en su mayoría en el último año (con algunas excepciones), pero las caídas son mucho más comedidas y apenas llegan al 2 por ciento, mientras a tres años los mejores fondos presentan rentabilidades que pueden llegar a superar el 30 por ciento (en el caso del Credit Suisse (Lux) Small and Mid Cap Germany Equity) y están, en el top 10, por encima del 20 por ciento o muy cerca de esa cifra.
Así pues, el Brexit, que se resiste a materializarse en el plano político, estaría afectando a los mercados de renta variable europeos, y sobre todo parece estar pesando sobre el mercado doméstico británico -si bien las caídas no pueden atribuirse solamente a este factor-. Así las cosas, ¿podemos hablar de una desconexión entre las bolsas de Reino Unido y las del resto de Europa? ¿Qué puede esperarse a partir de ahora de los fondos que invierten en el continente?
Incertidumbre, perjudicial para las acciones y la libra
Los gestores, en general, están de acuerdo en que la incertidumbre mantendrá alta la volatilidad, y podría perjudicar tanto a las acciones de Reino Unido como a la libra, mientras los mercados de deuda podrían evolucionar de forma mixta.
NN Investment Partners ve difícil llegar a unacuerdo antes del 29 de marzo y, en cualquier escenario, cree que se pospondrá la ruptura-al menos, hasta julio, tras las elecciones en el Parlamento Europeo, o hasta dentro de un año-y eso será foco de volatilidad para los mercados. Así, los activos sensibles al Brexit podrían sufrir y la libra y la renta variable se debilitarán, si bien habla de una posible caída en la rentabilidad de la deuda pública del Reino Unido (Gilt), que podría actuar como refugio. Según la gestora, hay que tener en cuenta que los inversores, que no habían anticipado la debilidad de los mercados, podrían flaquear si hay malas noticias. Por eso, NN IP espera que éstos se estabilicen o bien cuando aparezca una solución razonable o bien cuando quede claro que el punto muerto actual llevará a aplazar la retirada.
Neil Dwane, estratega global de Allianz Global Investors, considera que el Brexit implica un camino tumultuoso para los activos de Reino Unido pero recuerda, «la bolsa británica no es su economía. El 70 por ciento de los ingresos de las empresas del FTSE 100 se generan en el extranjero. La dicotomía entre las acciones orientadas al exterior y las domésticas podría continuar», explica.
«Desde un punto de vista puramente macro, la persistencia de un alto nivel de incertidumbre pesará sobre el clima de negocios y la confianza de los consumidores y esto tendrá un mayor impacto en la actividad. Cuanta menor visibilidad tengamos mayor riesgo habrá sobre la actividad», advierte Maryse Pogodzinski, economista de Groupama AM.«Europa tiene sus propios problemas y el Brexit es sólo uno de ellos. Como siempre ha sido el caso, la claridad sobre el Brexit sólo llegará en el último minuto», añade Stephanie Kelly, economista política de Aberdeen Standard Investments, que habla del «día de la Marmota» ante las últimas votaciones.
Aunque la reacción de los mercados está siendo tranquila, ya que el rechazo a los últimos acuerdos estaba descontado, en Bank Degroof Petercam llevan tiempo con una posición neutral en renta variable británica y en la libra. «Neutralizamos nuestra recomendación en la libra esterlina en octubre de 2018 y también estamos neutrales sobre las acciones emitidas por empresas inglesas. Pero seguimos pensando que tampoco es prudente excluir completamente el resultado de Brexit sin acuerdo», indican, un escenario que tendría un impacto limitado en la zona euro. En este escenario, optan por diversificar las carteras, con posiciones en dólares, oro, y pese a los bajos tipos, en bonos del gobierno con altas calificaciones que tradicionalmente desempeñan el papel de activo refugio, explica Johan Gallopyn, Investment Desk Officer del banco.
Si se evita la salida sin acuerdo...
Si se logra evitar tal Brexit sin acuerdo, desde Western Asset, filial de Legg Mason, creen que la deuda corporativa británica podría funcionar bien... al igual que otros activos: «Los diferenciales de crédito en el Reino Unido han vuelto a situarse en niveles superiores a los que registraban antes del referéndum de 2016. Al igual que la libra y los Gilts, creemos que existe margen para que la deuda corporativa británica reaccione de forma positiva al hecho de que se logre evitar un Brexit sin acuerdo y para que los diferenciales se ajusten desde los niveles actuales», comenta Gordon Brown, gestor y co-responsable global de carteras de la firma, convencido de que las probabilidades de que se lleve a cabo un Brexit más suave o más tardío han aumentado. «Ahora es menos probable que se produzca un Brexit duro sin acuerdo», dice. Según esta hipótesis, los activos británicos deberían reaccionar de forma positiva, dado que buena parte de las noticias negativas relativas al Brexit ya están descontadas en las valoraciones.
Para Olivier de Berranger, director de Inversión de La Financière de l'Echiquier, todos los escenarios están abiertos, y cree que la falta de acuerdo puede hasta ser considerada como positiva, «probablemente porque puede acercarnos a un hipotético segundo referéndum que llevaría al Reino Unido a quedarse en la Unión Europea... ahí es cuando debemos tener cuidado ante posibles resultados negativos y decepciones», explica el experto, que augura un mantenimiento de la incertidumbre y opta por controlar el riesgo a Reino Unido en sus fondos.
Pocas consecuencias
Por su parte, Diego Fernández Elices, director general de Inversiones de A&G Banca Privada, descarta un gran impacto inmediato en los mercados, dado que las últimas votaciones no han sorprendido: «Es difícil que la UE ponga otro trato encima de la mesa, con lo que aumentan las probabilidades de nuevas elecciones e incluso de un referéndum», explica.
También minimiza las consecuencias en los mercados Eric Lonergan, gestor de fondos de M&G Investments: «La respuesta relativamente insignificante de la libra esterlina al estrepitoso fracaso que sufrió el acuerdo de Brexit de Theresa May en el Parlamento da a entender que los mercados no se muestran excesivamente preocupados por el Brexit», dice. Según el experto, «la posibilidad de que la incertidumbre actual sobre el Brexit lastre el crecimiento británico y presione a la baja los tipos de interés británicos está descontada y resulta probable. Por tanto, las implicaciones para los mercados no son especialmente reseñables». Para que se produjese un cambio sustancial llegados a este punto, defiende, el Parlamento tendría que promover leyes en pro de una alternativa un acuerdo al estilo noruego o tendría que darse un Brexit sin acuerdo. «Ninguna de estas opciones parece probable», dice.
Alex Fusté, economista jefe de Andbank, también es moderadamente optimista y habla de dos ideas: «Una, la fecha del 29 de marzo deja de ser una amenaza, y dos, gana fuerza el Norwegian-style soft Brexit» (que el Brexit se transforme en un interminable periodo de transición y al que llama Brexit in name only, Brexit solo de nombre». Ambas ideas son buenas.
Mohammed Kazmi, gestor y estratega macro de Union Bancaire Privée (UBP), es también positivo: «Los escenarios más optimistas para los inversores, con una extensión del artículo 50 seguido de una renegociación del acuerdo, o incluso un segundo referéndum, han aumentado. Todo este desarrollo debería sumarse al impulso positivo para los mercados de riesgo que se viene viendo desde principios de año», dice.
Howard Cunningham, gestor de renta fija de Newton, parte de BNY Mellon, piensa que es poco probable que el Brexit se cierre sin ningún tipo de acuerdo, por lo que están neutrales en la libra y cortos en Gilts. «En nuestra opinión, la libra está infravalorada y los posibles resultados podrían considerarse mixtos, lo que nos ha llevado a adoptar un posicionamiento neutral con respecto a la moneda británica».
Atractivas valoraciones, a favor
Ben Lofthouse, responsable del equipo Global Equity Income de Janus Henderson, apunta a los precios como signo positivo para las bolsas británicas: «El aspecto positivo de la incertidumbre es que muchos mercados bursátiles de todo el mundo, incluido el del Reino Unido, están considerablemente más baratos que hace un año y ofrecen un abanico más amplio de oportunidades de inversión que permiten a los inversores diversificar sus exposiciones geográficas y sectoriales a situaciones de resultado aparentemente binario», explica. También Toby Gibb, director de inversiones en renta variable de Fidelity, señala los atractivos precios:«El desenlace sigue siendo muy incierto y tanto un Brexit sin acuerdo como otro referéndum siguen siendo factibles. Esta incertidumbre probablemente genere más turbulencias, lo que, a su vez, dará lugar a oportunidades. Los activos británicos están descontando mucho riesgo relacionado con el Brexit y, a consecuencia de ello, se encuentran muy baratos frente a otros mercados y desde una perspectiva histórica. En algunos casos este descuento no está justificado y crea algunas oportunidades muy atractivas para un inversor a largo plazo».
Para la divisa, Vasileios Gkionakis, PhD y responsable global de Estrategia de Divisas en Lombard Odier, cree que a corto plazo, la libra seguirá sujeta al riesgo de titulares políticos y será vulnerable a las ventas cada vez que se recupere. «Nuestro objetivo de fin de año se mantiene sin cambios en 1,37 en nuestro escenario central de un eventual acuerdo suave con Brexit. En el escenario (muy improbable) de un Brexit sin acuerdo, esperaríamos que la libra-dólar cotice a 1,15, ya que el mercado pondría un precio al colapso de la economía del Reino Unido. El euro-libra se negociaría hacia la paridad», asegura.
«Las bolsas no parecen tener realmente en cuenta la posibilidad de abandonar el Brexit. En cambio, el mercado parece estar más preocupado por la tendencia de la inflación a largo plazo», añade Guido Barthels, gestor de Ethenea, que habla de estabilidad en la libra esterlina y de una desaceleración generalizada de los precios de los bienes inmuebles, si bien matiza que los precios de la vivienda solamente están cayendo de forma acusada en la zona de Londres, algo que cree justificado por las subidas de los últimos años.