El mejor gestor español de la década lo ve muy negro
Por eso, solo tiene una posición táctica en el Eurostoxx. Lo demás, en liquidez.
Luis Bononato es el fundador y gestor del Global Allocation, el mejor fondo español a 10 años, con una rentabilidad acumulada de más del 175 por ciento. Este mixto flexible 'de autor' cumple su décimo aniversario, ahora bajo el paraguas de Auriga Asset Management. Con un enfoque basado en el análisis macro y gran flexibilidad, este gestor se prepara para moverse en un entorno que, reconoce, será difícil. Eso sí, el fondo no es apto para aquellos de corazón débil.
¿Cómo define la estrategia del Global Allocation?
Intentamos determinar cuáles son las clases de activos que están más baratas. A diferencia de un fondo de renta variable, que compra acciones, estando siempre invertido, nosotros seleccionamos el índice, tanto geográfico como sectorial. Eso sí, también podemos comprar renta fija, acciones o preferentes. De hecho, muchas veces los utilizamos no solo como inversión sino como protección. Por ejemplo, el año pasado, cuando vimos que la bolsa podía subir porque la renta fija ofrecía rentabilidades muy bajas, vendimos bonos de gobierno para protegernos de las caídas de la renta variable por si los tipos subían. También lo hemos hecho con la divisa. Cuando vemos que la bolsa europea tiene potencial debido principalmente a una devaluación del euro, hemos estado largos de dólar y cortos de euro.
¿Cómo compone esa asignación de activos a través de índices?
Lo hacemos a través de derivados de cámara o futuros. Por ejemplo, este año que estamos pensando en entrar en mineras, compramos un índice del sector. No hacemos análisis de las compañías porque entendemos que es muy complicado, hace falta tener un equipo muy potente, distinto al resto de la industria. La explicación del 80 por ciento del retorno de un inversor a largo plazo viene por haber elegido bien en qué clase de activo está y no está invertido.
¿En qué activos hay y no hay que estar?
Es imposible tener una inversión razonable en bonos gubernamentales a estos niveles. De hecho, la deuda corporativa, si tenía algún valor, ha dejado de tenerlo después de las intervenciones del BCE. Lo único que tiene sentido, vemos, son las acciones. El problema es que el atractivo que tienen es por comparación con el resto de activos, que están intervenidos por los bancos centrales. Con lo cual, no deja de tener cierto peligro. Está, sinceramente, complicado.
Parece que solo se apuesta por la bolsa porque no quedan alternativas.
Porque no queda otra. La represión financiera que están haciendo los bancos centrales con las inyecciones de liquidez y las compras de acciones está llevando a las personas a una situación casi sin salida de tener que invertir en bolsa. El problema es que hay muchos, ya en renta variable, que están asumiendo un riesgo mayor al debido. Y que les están forzando a hacerlo cuando han pasado momentos como los que vivimos a principios de año y que volveremos a ver.
Con muchos más agentes en el mercado, ¿dificulta el proceso de valoración?
Es bastante complicado. De hecho, es casi imposible. Si analizamos la evolución del mercado americano, por ser el más importante, vemos cómo los márgenes están bajando, las ventas están cayendo y sin embargo los índices están casi en máximos. ¿Por qué? El bono americano a 10 años está prácticamente en los tipos más bajos y las expectativas de inflación están también muy reprimidas.
¿Qué opciones hay ante este contexto?
Los bonos ligados a la inflación son una alternativa porque seguramente de ahí vendrá el próximo gran susto. Lo veremos cuando haya una subida de la inflación real porque el crudo sigue al alza y cuando, como ya se va notando, en EE.UU. haya presión salarial. Será bueno en el medio-largo plazo porque ayuda a eliminar deuda, uno de los grandes problemas tanto en gobiernos como en empresas que se han aprovechado de la financiación barata. Pero esto tiene un límite y cada vez estamos más cerca.
¿Cómo afecta a las expectativas de retorno si todo sube, pero de manera artificial?
Pues para bonos de gobierno a diez años, si hacemos una mezcla entre deuda francesa, alemana, españoles e italianos, estaríamos hablando de un 0,80 por ciento. A nada que lo compre en un fondo con una comisión del 0,5 por ciento, pues tu expectativa de retorno es 0, prácticamente. Y en
acciones, no diría que va a ser mucho más alto. Puede que del 2 o 3 por ciento a diez años si se analiza teniendo en cuenta el PER Schiller. No significa que no suba la bolsa un 10 por ciento el mes que viene.
¿Implica una mayor corrección futura?
Efectivamente, que de aquí a diez años haya una corrección mayor. Cuanto más exigentes lleguen a estar los múltiplos, mayor será. Ahora mismo estamos en unas valoraciones por encima de 2007.
¿A qué se debe el peor estado de la bolsa, si ahora se supone que la economía está en mejor salud que en 2007?
Bueno, de hecho, las cifras de consumo están bajando y los márgenes habían tocado máximos históricos. En el momento que los tipos suben mínimamente, los costes de financiación se disparan. Y si el mercado laboral demanda mayores salarios, pues también tienes un problema de márgenes. Si esto lo englobamos en un mundo donde hay sobrecapacidad prácticamente en todos los sectores, especialmente en el industrial, y un exceso de oferta, es difícil ajustar los precios. En el mismo momento que la inflación vuelva a repuntar y los bancos centrales tengan que subir los tipos de interés, podemos tener el problema más serio a corto plazo.
¿Queda algún mercado 'barato'?
Los emergentes podrían haber estado baratos, pero han tenido una recuperación más que importante. El PIB de Brasil cayó un 6 por ciento el año pasado, pero la bolsa ha subido un 25 por ciento. Con la cantidad de deuda en dólar que tienen las compañías brasileñas, andaría con cuidado.
Ante este escenario, ¿cómo ha construido la cartera?
Tenemos una pequeña exposición en el Eurostoxx. Tácticamente hemos tenido una posición de unos días en bancos, después de que tocaran mínimos. Cuando recuperaron más de un 15 por ciento en 10 días consideramos apropiado deshacer posiciones y esperar a las siguientes oportunidades. El resto de la cartera está en liquidez.