«En un entorno de tipos bajos la descorrelación entre la bolsa y los bonos es menos efectiva»
La gestora suiza acaba de lanzar el Oyster Equity Premia Global, un fondo que se sirve de la gestión sistemática para construir una cartera de renta variable estable y duradera, independiente a los movimientos del mercado.
La regla general en la gestión de activos era combinar una cartera de bonos con acciones para que cuando uno corrigiese el otro sirviera de protección. Pero un entorno acomodaticio para los tipos de interés ha volatilizado las normas del pasado. En un mercado en el que tanto la renta fija como la renta variable están «caras», las gestoras se apresuran a buscar nuevas estrategias que ofrezcan una verdadera protección en cualquier entorno de mercado. Ante esta tesitura, la gestora suiza SYZ Asset Management ha lanzado el Oyster Equity Premia Global, un fondo con un objetivo de rentabilidad de Libor 5 por ciento y una volatilidad inferior al 6 por ciento. La estrategia busca explotar lo que denominan 'equity premia', es decir, las 'recompensas' o 'primas' que se dan en la bolsa. Un potencial que captan tomando en cuenta seis factores value, momentum, calidad, seguridad, tamaño y dirección, determinados gracias a un modelo sistemático propio. Katia Coudray, consejera delegada de la gestora, habla de cómo ve el mercado actual y de cómo se están adaptando a él.
¿Cuál es la filosofía de inversión de Syz Asset Management? ¿Qué buscáis ofrecer al inversor?
Somos una gestora especializada, con un fuerte sesgo hacia la gestión activa y estrategias de retorno absoluto. Nuestra gama de productos es pequeña, pero especializada en añadir valor para el inversor. Nuestros fuertes son la renta variable europea y japonesa. Mercados que abordamos con un estilo de gestión propio, un tanto 'contrarian', con apuestas concentradas y firmes. También hemos formado un equipo potente en estrategias de multiactivos.
¿Cuáles son los motores del mercado en estos momentos?
El entorno del mercado actual es positivo. Los datos macroeconómicos muestran confianza en el consumidor, un crecimiento sólido -que incluso está sorprendiendo al alza- que se unen a unos bancos centrales aún acomodaticios. De momento no hay presión por el lado de la inflación. Los únicos puntos de preocupación si hubiera que destacar alguno son las valoraciones, que en ciertos nichos empiezan a preocupar. El reto que tenemos las gestoras en cuanto a la asignación de activos es que, en un entorno de bajos tipos de interés, el potencial de descorrelación entre la renta variable y la renta fija es menor efectiva que en el pasado. El sentimiento en el mercado sigue siendo positivo, pero quizás esta tendencia esté durando mucho. Hay que tener cierta cautela por si determinados focos de inflación vuelven ya que estos podrían afectar las acciones de los bancos centrales y, en turno, tener consecuencias adversas para los mercados. Dicho lo cual, de momento hay razones de peso para estar constructivos con los mercados. Un entorno de crecimiento bajo pero sin inflación es muy favorable para las bolsas.
Es positivo para la renta variable, pero ¿y para la renta fija? ¿Qué alternativas tiene el inversor conservador, que ve cómo se le agotan sus opciones tradicionales?
Esa es precisamente la razón por la que nos decidimos a lanzar estrategias basadas en el 'risk premia' (arbitraje de riesgo). La alternativa para los inversores más conservadores es difícil de encontrar. Con los tipos tan bajos la renta fija prácticamente supone un riesgo para las carteras ahora que la curva está revertiendo su tendencia. Se avecinan momentos complicados a la hora de gestionar esta clase de activos.
¿Qué supone para vosotros el lanzamiento del Oyster Equity Premia Global Fund?
Es una pequeña pista de hacia dónde nos estamos dirigiendo en términos de desarrollar nuestras capacidades en alternativos líquidos. El fondo sigue una estrategia long/short market neutral, con liquidez diaria. Busca ofrecer retornos consistentes a la vez que mantiene una cartera descorrelacionada con los mercados.
El Oyster Equity Premia Global Fund sigue los pasos del Oyster Market Neutral Europe Fund. Con este tipo de estrategias 'equity premia', ¿qué necesidades del inversor buscáis cubrir?
Percibimos desde hace un tiempo una demanda por parte de los clientes por estrategias descorrelacionadas con los movimientos del mercado. Hay una necesidad por un enfoque que permita obtener retornos estables y que no dependan completamente de la tendencia de las bolsas o bonos. Y esto es meramente un reflejo del contexto actual para el inversor. La renta fija ofrece un menor potencial de diversificación que en el pasado. Comenzamos a trabajar en el desarrollo del equipo hace unos 3 años, cuando empezamos a investigar sobre modelos sistemáticos.
Ha mencionado que ciertos nichos del mercado están caros. ¿Dónde sí ve valor?
Llevamos tiempo positivos con la renta variable japonesa. Tras décadas de bajo crecimiento y un mercado poco atractivo, las dinámicas en Japón ahora son positivas: los salarios llevan creciendo dos años consecutivos, con lo que la mentalidad del país está cambiando. El consumo se está reactivando. También vemos valor en la bolsa europea, aunque estamos un poco más cautos ahora ante posibles cambios en la política monetaria o en la inflación. En renta fija no hemos sido tan cautos con la duración, lo que nos salió bien.
¿Cómo es el día a día del equipo de gestión?
El día a día se dedica a monitorizar los posibles riesgos de la cartera. Es una tarea diaria, con el fin de mantener la 'beta' (volatilidad respecto al mercado) del fondo en 0 con el fin de evitar sesgos indeseados, ya sea a ciertas geografías o factores, etc. La cartera se rebalancea mensualmente, a menos que las condiciones de mercado o los riesgos no lo permitan. Es un proceso firme: en la parte de largos se busca maximizar el 'alpha' esperado de las acciones en cartera al eliminar cualquier exposición residual a los factores que componen la estrategia; la parte de cortos se construye con índices ajustados a la beta a la vez que se neutralizan sesgos geográficos o sectoriales. Dicho lo cual, el equipo dedica la mayor parte de su tiempo a analizar nuevas fuentes de datos que ayuden en la asignación de activos a través de los seis factores que entran en juego en la estrategia. Además, testean continuamente la robustez del modelo de inversión. Porque los seis factores seleccionados no son permanentes. El equipo analiza continuamente si hay mejores factores para lograr esa descorrelación con los mercados.