Fondos de inversión que limpiar de las carteras
Optar por la cautela ha sido un buen salvavidas en los mercados turbulentos de 2016, pero las rentabilidades de los bonos han tocado fondo, dicen los expertos. No todas las estrategias en fondos valen para las necesidades de ahorrador en 2017
El triplete en las quinielas de incertidumbre política -'Brexit', victoria de Donald Trump y derrota del referéndum de Mateo Renzi- se saldó con un brusco giro de los inversores hacia la cautela. Los fondos de inversión de renta variable volvieron a ver flujos de salida de capital a favor de estrategias mixtas y de renta fija. Eso sí, «de nuevo los españoles hemos vuelto a ser más conservadores que el resto de Europa», señaló Sebastián Velasco, director general para España y Portugal de Fidelity, en una presentación de perspectivas a clientes. En España los inversores han preferido deuda corporativa y gubernamental denominada en euros y en dólares.
Los mercados se han recuperado con dignidad, pero esto no significa que las estrategias de siempre sigan valiendo. Las circunstancias del mercado han cambiado. Por ello, preguntamos a los expertos por aquellos fondos de inversión que ya no tienen cabida en una cartera. «En los próximos años la clave no va a ser coger todos los trenes, sino evitar aquellos que claramente van a perjudicar al inversor», apunta Manuel Gutiérrez-Mellado, miembro del equipo de ventas de BlackRock Iberia.
Monetarios
En periodos de incertidumbre, los ahorradores han encontrado consuelo en los monetarios, vehículos de relativamente bajo coste con un enfoque de inversión muy conservador, pero que, como consecuencia de la continua caída de las rentabilidades de la renta fija, han dado rentabilidades más que aceptables los últimos años. Estos 'fondos monedero' han cumplido su función, pero como coinciden en señalan los expertos, las circunstancias del mercado han cambiado. «Antes argumentábamos que aunque un monetario no daba nada, con la inflación a cero era asumible», recuerda Paolo Mezza, socio de Arcano Family Office. Pero en pocos meses la inflación en España se ha disparado al 1,6 por ciento, con lo cual la pérdida de poder adquisitivo es importante.
«Las gestoras están haciendo malabares para que los monetarios no pierdan dinero», cuenta Mezza. Bien bajando sus comisiones, bien buscando 'papel' de duraciones más largas. Es decir, quizás asumiendo más riesgo de lo que un inversor pueda esperar de ellos. Si su monetario le está dando retornos positivos, quizás deba preguntarse por qué, advierte.
Aún así, Carlos Farrás, director de DPM Finanzas, no los desterraría por completo. «Con los tipos que hay ahora no hay nada que rascar, pero si hay cualquier caída en la renta fija es lo único que te puede salvar», afirma. Miguel Puertas, socio director de Asset Growth EAFI, tampoco lo haría. Aunque reconoce que es difícil conseguir rentabilidades positivas en activos monetarios vía fondos de inversión que invierten en zona euro si el fondo tiene un gasto total (ratio TER) superior al 0,40 por ciento, «el actual entorno económico nos obliga a ser más creativos», defiende. Desde la EAFI están proponiendo a sus clientes fondos que inviertan en bonos de corto plazo de EE.UU. con la divisa cubierta. Esto permite mejorar los retornos esperados de la deuda europea, sin renunciar a su perfil de riesgo. Para suplir la carencia que deje un monetario, los expertos también proponen fondos con sesgo muy, muy conservador. Que arbitren con deuda, pero con muy poca volatilidad.
Fondos de renta fija
Tal y como está la curva de los bonos, el inversor debe asumir que el monetario no le va a dar nada e incluso que podrá perder dinero con él. Pero para Antonio Cánovas del Castillo, presidente de Altair Finance, «el gran peligro está en los bonos». Ahí sí que las pérdidas pueden ser contundentes después de haber vivido uno de los rally más fuertes de toda la historia. «La gente no es consciente de cuál es la rentabilidad proyectada a futuro que van a dar». De hecho, este experto ve que ahora mismo puede haber más riesgo, entendido como pérdida, en la renta fija que en la renta variable. Con el cóctel de unos tipos de interés que deben comenzar a normalizarse y la vuelta de la inflación, el problema está las carteras de perfiles conservadores y moderados.
Farrás coincide. Porque si viene una corrección, con los tipos tan bajos, por ejemplo, con el bund alemán a 10 años al 0,3 por ciento el potencial de recorrido que tienen es limitado. Ya lo vimos el año pasado, cuando una pequeña corrección supuso pérdidas del 5 por ciento en un periodo corto de tiempo. Por ello, al invertir en bonos habrá que vigilar dos factores. Primero, el tipo de deuda. Farrás evitaría la gubernamental a favor de fondos de deuda corporativa o de high yield. También, las duraciones, que deberán ser cortas. José María Luna, director de análisis y estrategia de Profim, se mueve en esta línea. Para la mayor parte de 2017 habrá que evitar la deuda gubernamental de duraciones largas porque si Donald Trump cumple con sus objetivos, la inflación repuntaría y, en consecuencia, subirían los tipos de interés. Pero este experto recalca: para la parte relevante. Porque hay mucho apetito por rentabilidad en deuda y si hay un alza de las rentabilidades, los inversores pueden volver a comprar. «Este año los fondos de deuda en euros son el caballo perdedor», afirma. «Salvo los bonos flotantes, el resto lo va a pasar mal».
«No se puede ir con el piloto automático», insiste Cánovas del Castillo. ¿Qué alternativa tendría un perfil medio-conservador? Para este experto, la clave está en los fondos mixtos, pero que sean muy flexibles, que puedan moverse entre un 0 y un 100 por cien en bolsa. Que puedan cambiar rápidamente la estructura de cartera y el posicionamiento en todos los activos: renta fija, variable, divisas, emergentes, etc. «Hay que hacer un eslalon muy rápido».
Inversores arriesgados
Puede que los ahorradores más cautos se enfrenten a un año duro, pero ello no significa que aquellos con un perfil más arriesgado, que puedan asumir las volatilidades de la renta variable, deban obviar una revisión de sus carteras. Hay mercados que han corrido bastante. Quizás demasiado. Es el caso de la bolsa norteamericana, en máximos históricos y con un PER caro. Los expertos coinciden en esperar una corrección tarde o temprano. «En cuanto la bolsa alcanza un PER 17 empiezo a levantar el pie del acelerador», cuenta Cánovas del Castillo. También habrá que vigilar los fondos que estén demasiado invertidos en acciones 'bond-proxy' (que actúan como bonos).