«La bolsa española es un suelo fértil donde puedo plantar mis semillas de inversión»

Con una rentabilidad superior al 20 por ciento, el Schroder ISF European Equity Focus es el segundo fondo más rentable de su categoría en lo que va de 2017. Su co-gestor habla de las mejores ideas que encuentra en el mercado actual, así como dos de sus ap

2017 está siendo un gran año para la renta variable europea, especialmente para aquellos gestores que supieron ver a tiempo que el 'Brexit' era también una de las mejores oportunidades de 'compra' en mucho tiempo. James Sym es gestor de renta variable europea en la gestora británica Schroders, donde gestiona, entre otras estrategias, el Schroder ISF European Equity Focus. Desde que asumiera junto con James Rutland las riendas de la estrategia en 2016, ha dado un giro a la filosofía del fondo. Además de apoyarse en una red de 'brokers' de confianza y un análisis del ciclo económico, ambos gestores se toman el tiempo de visitar en persona las compañías europeas, «sin traje y corbata». Así se han reunido con unas 500 en su carrera. Así, asegura, es como le han surgido sus mejores ideas de inversión. Es un trabajo de campo que ha dado sus frutos: en lo que va de 2017 es el segundo fondo más rentable de su categoría, renta variable europea de gran capitalización.

¿Cuál es la filosofía de inversión del Schroder ISF European Equity Focus?

Hay tres maneras en las que creemos que podemos generar valor para los inversores. Primero, porque hacemos muchísimas visitas a compañías. En Madrid, en Milán, en Frankfurt... donde quiera que esté su sede, nos gusta hablar con el CEO de las empresas. Evidentemente todos los gestores se reúnen con los máximos responsables, pero no me refiero a una reunión «con traje y corbata». Nos gusta pasear por las fábricas, visitar al equipo de gestión en su propio espacio. Es lo que nos da una mejor visión de la cultura de trabajo que se respira. Diría que la mitad de nuestras mejores ideas nacen de estos viajes. Junto con el co-gestor del European Equity Focus hemos llegado a visitar más de 500 entre los dos, una al mes. Además de ello, nos nutrimos de una red de brókers locales. Son relaciones que hemos construido a lo largo de más de una década. Y por último, nos fijamos en el ciclo del mercado, para entender qué tipo de negocios queremos tener en cartera. Puede que sean 'value', o 'growth' (de crecimiento), que se beneficien de la inflación, o del repunte del consumo, etc. Es muy útil en los picos o suelos, en los giros de tendencia. Por ejemplo, 2009 fue un gran año para ganar dinero con los cíclicos. El año pasado fue un punto de inflexión para las financieras. Tras un arranque de año difícil, nuestra segunda mitad fue espectacular por nuestra apuesta de que la banca se recuperaría a medida que la inflación volvía.

¿Qué sensaciones le transmiten las empresas europeas que está visitando? En términos macroeconómicos la recuperación parece sólida, pero no termina de llegar el incremento en capex ni en los salarios.

Es precisamente en esos dos factores que menciona donde comenzaremos a ver un repunte. En los últimos cinco años muy pocas compañías con las que he hablado no me han dicho que su gasto en salarios no está subiendo. La deflación ya no existe en Europa. Es algo que solo se siente en los mercados financieros y por ello es una oportunidad para el inversor. En los presupuestos que están barajando las empresas europeas para el año que viene, se habla mucho más de una subida salarial. Puede que no sea un 10-5 por ciento, pero sí un 3 por ciento. La demanda es muy sólida. De hecho, incluso algunas se están quedando sin capacidad para hacer frente a ella. La última semana una compañía llevó a cabo una ampliación de capital con el fin de invertir en ampliar su capacidad. Por primera vez en mucho tiempo, el objetivo no es refinanciar deuda o salir a bolsa.

¿Y qué imagen les están transmitiendo las compañías españolas?

Sin duda, muchas de las compañías españolas están preocupadas por la situación política en Cataluña. Es una constante. Si hay un país donde la política siempre está sobre la mesa es España. Yo estoy muy positivo con España. No solo porque ha llevado a cabo las reformas necesarias para mejorar la economía, sino porque hay un cohorte de negocios de alta calidad, bien gestionados, que, solo por el hecho de que son españoles, se mueven a precios más baratos que empresas equivalentes en Francia, especialmente Alemania o sin duda los países nórdicos. Y son compañías igual de buenas. La bolsa le exige un coste de capital superior a las empresas españolas y eso es bueno para mí como inversor. Porque significa que puedo encontrar ideas fantásticas sin tener que pagar una prima por ellas. Dos ejemplos serían Bankinter o Grupo Catalana Occidente. Dos negocios muy bien gestionados, gran pedigrí, etc. De las mejores empresas que puedo encontrar en Europa, ¡y están baratas! España es un suelo fértil donde plantar mis semillas de la inversión.

¿Dónde encuentra esas compañías en crecimiento?

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Allá donde haya exposición a mercados emergentes hay crecimiento. Hablo de industriales cíclicas. Especialmente aquellas de calidad, que las encontramos con sede en países escandinavos o Alemania, lo están haciendo muy bien. El problema desde la perspectiva del inversor es que están muy caras. Es una pregunta que nos lleva a una segunda reflexión. Hasta el momento bastaba con dar con aquellos negocios que iban a generar crecimiento, independientemente del precio al que cotizan. Ha sido la estrategia ganadora en los últimos cinco años, pero ahora creo que estamos en un cambio de tendencia. Las valoraciones van a importar mucho a partir de ahora. Por eso sobreponderamos sectores como el financiero o las telecomunicaciones. Porque en nuestra opinión se beneficiarán de una subida de la inflación y de los tipos de interés.

Hace 12 meses apenas se comenzaba a hablar de un giro de defensivos a cíclicos, pero la subida en ese tipo de valores en cuestión de meses fue espectacular. ¿Sigue quedando valor en esa estrategia?

Es cierto que la escalada fue muy rápida. De hecho, tocó su pico a finales de enero. La gente habla del rally Trump, pero no creo que tuviera mucho que ver con la victoria de uno y otro. ¿Tendría una pinta distinta el mercado si hubiera ganado Hillary Clinton? Lo dudo. La escalada comenzó dos días después del 'Brexit'. Las valoraciones ya estaban baratas, pero ese día se pusieron ridículamente baratas. Un ejemplo es Axa. Ya cotizaba a un PER 9 veces; dos días después del 'Brexit' sus acciones habían caído un 25 por ciento. Era una oportunidad. Ya teníamos a la compañía en cartera y esos días compramos aún más. Ese fue el punto en el que se comenzó a ver esa recuperación en las acciones de las financieras, en los valores 'value'. En el corto plazo, no tenían 'momentum' en beneficios para justificar las valoraciones a las que habían llegado. Por eso hemos visto un leve retroceso en este tipo de compañías. Ahora tenemos una segunda oportunidad.

Estos días las bolsas europeas se están dando un respiro. ¿Es temporal?

Cuando analizo los datos, lo que me cuentan las compañías, toda la información que recibo, todo ello apunta a que, en realidad, el mundo está en bastantes buenas condiciones. Y el mercado no lo está recogiendo. Las valoraciones actuales reflejan unos tipos de interés al 0 para siempre. Ya se están notando las consecuencias no intencionadas de la política monetaria. Esta mejora económica en Europa, no está satisfaciendo a una parte de la población. Es la razón por la que tenemos a Jeremy Corbyn en Reino Unido o Podemos en España, por la que un 50 por ciento de la población de Austria ha votado por un partido de ultraderecha o por qué Donald Trump es presidente. No digo que no tengan muy buenas razones por las que votar por ellos. La gente está pidiendo un cambio masivo. Parte de ese problema se debe a los tipos de interés cero y al QE.

¿Cómo han influido los estímulos monetarios en la política?

Es difícil verlo en términos tan directos. Pongamos un trabajador en una fábrica de automóviles en una ciudad rural de Reino Unido. Se habrá beneficiado significativamente del hecho de que Reino Unido formase parte de la Unión Europea por los acuerdos comerciales. Entonces, ¿por qué las zonas rurales fueron las más proclives a votar por el 'Brexit'? Ocurre algo similar en Tesla. Los tipos de interés cero y la liquidez ilimitada son lo que le permite existir. Pierden dinero constantemente con la producción de sus coches, pero pueden acudir al mercado. El futuro de ese trabajador de la fábrica en un pueblo de Reino Unido está condicionado por la competencia que supone Tesla, un fabricante que vende por 50.000 dólares un producto que le cuesta montar 500.000. Y es por eso por lo que Renault cotiza a 5 veces beneficios mientras Tesla tiene una capitalización de mercado más grande que Ford pese a solo haber vendido 50.000 coches el año pasado. Es solo un ejemplo, pero hay muchas maneras en las que la política monetaria está influyendo en el día a día. Puedo entender por qué votan por el cambio.

Afirma que le gustan los valores «menos deseados». Pero tras el rally en cíclicos, ¿quedan aún tan buenas oportunidades?

Menos, es cierto. El año pasado los bancos eran la última zona explícitamente barata de la bolsa europea. No es una afirmación que pueda mantener a día de hoy. Más bien, las compañías «value» en Europa son la opción «menos mala»; cotizan a un precio aceptable. En el extremo opuesto está el bund alemán. El epicentro de la burbuja generada por el Banco Central Europeo. Cuanto más se aleje del 'bund', menos manipulado estará el activo en el que invierte. Las valoraciones son aceptables y, además, pienso que a medida que su entorno económico mejore, este tipo de compañías se recuperarán.

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