La financiación al consumo se dispara ya al mayor ritmo de la última década
Las familias, que se endeudan un 5,6% más en sus compras y amortizan a mayor ritmo sus hipotecas, deben un 0,8% menos a la banca
Después de duros años de crisis económica y laboral, los ciudadanos siguen quitándose lastre bancario de encima y continúan reduciendo las cuantías que le adeudan a sus respectivos bancos. Eso sí, lo hacen porque quieren quedarse más desahogados del peso que les han supuesto las hipotecas, porque en el furor del consumo diario que experimenta la economía, cada vez recurren más a la financiación de sus compras domésticas, las de corto plazo y las que apenas requieren aprobación de la banca al tratarse de importes bajos. Esa es la radiografía que muestran las estadísticas de financiación del Banco de España, en las que se señala que la deuda que tenían las familias a finales de 2017 ascendía a 704.390 millones de euros. La cifra, aunque abultada, es un 0,8% inferior a la que acumulaban esos mismos hogares un año antes, según el supervisor.
A medida que han transcurrido los años de recuperación, los españoles han optado por despejar su futuro bancario con unos compromisos financieros que se han ido reduciendo. Sin embargo, la velocidad a la que venían recortando su deuda se ha moderado de forma intensa. En 2014, por ejemplo, el endeudamiento de las familias se redujo un 3,6% con respecto al año anterior, mientras que en 2015 lo hizo un 2,1% y en 2016 un 1,3% en términos interanuales, para bajar ahora por debajo del 1% en los 12 últimos meses.
La explicación a esta especie de estado de relajación en el que se han adentrado muchos hogares se encuentra en el uso cada vez más habitual de la financiación al consumo. Esto es, de todo tipo de tarjetas, préstamos en comercios, o líneas de crédito específicas al adquirir un vehículo, un electrodoméstico o un viaje. La deuda asumida por los españoles durante el año pasado en la financiación al consumo se incrementó un 5,6%, hasta alcanzar los 175.791 millones de euros, la cuantía más elevada de los cuatro últimos años. El empuje de este tipo de productos bancarios es tal que su crecimiento, muy cercano ya al 6% interanual, ha sido también el más alto desde antes de que comenzara la crisis, a finales de 2008. Desde mediados de 2015, el alza en la financiación al consumo ha sido constante mes a mes, después de que se restringiera casi sin parar desde mayo de 2009. Hasta entonces, cuando la recesión ya era patente, los créditos al consumo acumulaban cada vez más deuda entre las familias.
El año pasado, en meses como el de noviembre de 2017, justo antes de la época de compras navideñas, este tipo de préstamos superó la cuantía de los 182.000 millones de euros. De hecho, no hubo ningún mes que registrara crecimientos interanuales por debajo del 4%.
Menos lastre hipotecario
Sin embargo, el auge de las adquisiciones de bienes y servicios financiados a corto plazo no impide que la deuda total de las familias haya descendido otro año más, por el peso que ejerce el endeudamiento de los hogares con sus hipotecas. Hasta finales del año pasado, los titulares de estos productos debían 528.600 millones de euros a los bancos por los préstamos escriturados para financiar sus viviendas. La cifra es un 2,7% inferior a la registrada cuando culminó 2016. En apenas 12 meses, los hogares se han despojado de otros 8.000 millones de euros hipotecarios. Y lo han hecho, básicamente, tanto por la caída de los tipos, que permite aplicar unas cuotas mensuales más bajas en las que los intereses tienen menos peso, como por el proceso de desapalancamiento en el que se encuentran inmersos.
Cada vez más ciudadanos optan por amortizar parcial o totalmente las hipotecas contratadas, como vía para evitar sustos en el futuro, en el caso de que el euríbor pueda repuntar. Así lo están constatando también los directivos de las principales entidades financieras en la presentación de resultados anuales que están realizando estos días. El 'stock' crediticio de la banca disminuyó en 2017 porque esas amortizaciones que se realizan son superiores a la firma de créditos que se formalizan cada año. Algunos bancos señalan que el punto de inflexión podría llegar a lo largo de este año.