«Los beneficios se están recuperando en los emergentes»
Tras años de decepciones, las perspectivas para los países emergentes son positivas. 2016 ya ofreció una muestra de la recuperación que está llegando. Hay oportunidades, ve este experto.
La última crisis despertó el apetito por los mercados emergentes. Pocos querían estar en la bolsa de EE.UU. o de Europa en 2008. El rally de 2009 de estos países en expansión recompensó al dinero que se refugió en ellos durante el desplome, pero por poco tiempo. Años de rentabilidades decepcionantes para el riesgo que se asumía fueron alejando a estos activos de las carteras. Hasta ahora. El rebote llegó en 2016, con la exposición de los inversores en mínimos. «Para los institucionales es muy doloroso que la subida les pille con una posición pequeña», cuenta Wim-Hein Pals, vicepresidente ejecutivo y jefe de activos en mercados emergentes de Robeco. Aunque reconoce que están volviendo, aún están lejos de estar siquiera neutrales en la clase de activos. «Primero quieren medir la repercusión que tendrá en México las medidas de Donald Trump así como una evidencias de que el crecimiento de China se ha estabilizado».
¿Qué ve en los mercados emergentes para estar tan positivos?
Un mercado muy infravalorado en términos de Per, de ratio precio-valor contable, etc., con grandes descuentos. Y lo que es más importante, los beneficios se están recuperando en los países emergentes. Las estimaciones están mejorando y hay sorpresas positivas. Además, las valoraciones son atractivas y el sentimiento del inversor está en mínimos. Por eso vemos que hay potencial de subida.
¿Qué preocupaciones os están comunicando vuestros clientes?
Sus preocupaciones van desde Trump y las implicaciones de sus medidas para las relaciones comerciales en el mundo, pasando por los tipos de interés, hasta el 'Brexit', aún. Hay todavía bastante escepticismo y cautela hacia mercados emergentes. Esto no es algo malo necesariamente. No sería bueno que hubiera mucha expectación y eso no lo vemos para nada. La mayoría de inversores tienen un peso muy pequeño en emergentes a favor de mercados desarrollados como Estados Unidos y Europa. Llevamos 6 años de rentabilidades bajas en la clase de activos. 2016 fue el primer año bueno, pero los inversores necesitarán un periodo más largo de buenos rendimientos antes de que vuelvan a volcarse.
¿Están volviendo a entrar los inversores institucionales a los mercados emergentes?
Sí, estamos percibiendo flujos positivos en nuestros fondos. Ver cómo los emergentes lo hacen mejor que la media del mercado es doloroso cuando solo se tiene una exposición mínima. Pero de momento siguen muy por debajo de una posición 'neutral'. Hay mucho camino por recorrer para llegar a los niveles de 2008-2009. En Robeco recomendamos sobreponderar emergentes en julio del año pasado basándonos en estimaciones de beneficios y otros factores.
Los frentes abiertos no parece que se vayan a resolver en breve. ¿Hay riesgo de que para cuando quieran entrar sea demasiado tarde?
Sí, ya se perdieron las rentabilidades de 2016 y en lo que llevamos de año los emergentes están batiendo a los desarrollados. Son fechas muy tempranas, pero si está infraponderado en estos activos en cartera ya va por detrás del índice de referencia. Es una de las razones por las que vemos capital entrando.
El panorama político en emergentes lleva calmado un tiempo. ¿Pueden saltar sorpresas?
Bueno, en 2016, tuvimos el golpe de Estado fallido en Turquía, la destitución de Dilma Rousseff en Brasil, y más recientemente la impugnación de la presidenta de Corea del Sur. Ha habido tanto revuelo político en los países emergentes como en los desarrollados. Dicho esto, no hay muchas elecciones a la vista en comparación, por ejemplo, con Europa. Así que desde el ángulo político hay probablemente mayor estabilidad en emergentes. Claro que la situación en Brasil fue terrible, con Petrobras y la presidente hasta las cejas en corrupción. Ahora al menos está en el foco público. Esto solo puede ser positivo para la imagen a largo plazo de Brasil. Hay una nueva generación más 'limpia', menos corrupta. También hay un clima político muy bueno en la India e Indonesia con nuevos líderes que están haciendo las reformas necesarias. Será duro en el corto plazo. Por ejemplo, la desmonetización en India implica disrupciones en las transferencias nacionales. Pero a largo plazo significará una mayor digitalización, acceso a servicios y productos financieros. El año pasado millones de indios se abrieron una cuenta bancaria. Eso está mejorando la transparencia de la India. En Indonesia eliminaron en 2015 los subsidios al crudo. Tuvo suerte porque lo hizo cuando el precio del petróleo se estaba colapsando, así que los ciudadanos indonesios no notaron el dolor al llenar sus tanques. Ahorran 10 billones de dólares anuales con esta medida, que ahora están invirtiendo en infraestructuras.
¿Le preocupa la deuda de China? Hay gestoras que lo califican de «una bomba esperando a estallar».
Sí, nos preocupa, pero lo hemos puesto en perspectiva. El total de la deuda de China equivale al 100 por cien de su PIB. Lo mismo ocurre en Estados Unidos, Reino Unido... Es incluso más bajo que la zona euro. Muchísimo más bajo que en Grecia y Japón. Pero sí, nos preocupa. La velocidad a la que incrementa la deuda es muy rápida. El crecimiento de China llega a través del aumento de la deuda. Y esto no es sostenible. Puede que dure unos años más, pero si nos aproximamos al 300 por ciento del PIB será una situación dolorosa. No estamos en ese punto aún. La buena noticia es que toda la deuda está en divisa local y está básicamente en el balance de bancos pseudoestatales, así que en manos del Gobierno chino. No toda la deuda es mala, pero una parte sí terminará siendo créditos fallidos. Por eso estamos cautos con el sector bancario chino. Invertir en el consumidor chino, en cambio, es una manera fantástica de ganar exposición al país. Lo hacemos a través de compañías de consumo, por ejemplo, de comercio electrónico, de video juegos, etc. Son valores con un crecimiento de beneficios del 20 por ciento.
¿Dónde está encontrando las oportunidades?
La máxima que seguimos en nuestra asignación de activos geográfico es: estar positivos con balances en superávit y negativos con déficits en el balance. Korea y Taiwan tienen un superávit significante y, en consecuencia, un peso importante en nuestras carteras. También nos gusta India, pero no por su balance, sino por los motivos antes mencionados. Un déficit en las cuentas no significa que descartamos al país. Por ejemplo, Indonesia.