Los fondos de rentabilidad objetivo atraen a los inversores menos atrevidos

Gestoras y bancos recurren a los fondos de rentabilidad objetivo para captar a los más conservadores

Si las gestoras ya tenían que lidiar con los bajos tipos de interés, la pandemia de coronavirus supuso un nuevo quebradero de cabeza. Especialmente a la hora de atraer al inversor más conservador hacia fondos de inversión. Con la imposibilidad de ofrecer garantizados con una rentabilidad lo suficientemente atractiva, bancos y gestoras dirigieron sus miradas hacia los de rentabilidad objetivo.

Ofrecen una remuneración siempre y cuando se cumplan una serie de condiciones.

Y es que este tipo de vehículos registraron suscripciones netas en 2020 por un importe de 1.330 millones de euros, por delante de las entradas en fondos de renta variable internacional y estadounidense, según los datos de Inverco (la asociación de instituciones de inversión colectiva y fondos de pensión).

Arantxa López Chicote, directora de producto, inteligencia de mercado y digital de Santander AM España, añade que también tuvieron un buen comportamiento en cuento a rentabilidades. El motivo fue la «evolución de las curvas de tipos de interés, que hizo que, productos lanzados en la primera parte del año, obtuviesen remuneraciones superiores a las máximas establecidas en folleto». Y esta evolución, que todavía se mantiene, podría sostener las rentabilidades de cara al resto de 2021.

Estrenos de Santander AM y Unigest 

El interés por parte de los inversores más conservadores, que continúa a lo largo de 2021, es otro factor añadido y lo han sabido ver Santander Asset Management y Unigest, que acaban de lanzar sendos fondos de este tipo. Se trata de Santander Horizonte 2027 y Unifond Rentabilidad Objetivo IV.   

En el caso del vehículo del Santander, la gestora calcula una TAE no garantizada del 0,26 por ciento, mientras que para el fondo de Unigest se estima en el 0,25 por ciento para las inversiones mantenidas hasta el vencimiento, sin reparto de rentas.

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López Chicote señala que ya en 2020, como consecuencia de la situación de volatilidad de los mercados por la pandemia, «estos fondos se convirtieron también en un activo refugio o alternativa de inversión para aquellos clientes más conservadores cuyo horizonte temporal es amplio».

Y es que en ambos vehículos invierten en renta fija pública y privada con calidad crediticia mínima de BBB-.  Aunque en el caso de Santander AM, para intentar arañar unas décimas más de rentabilidad, contempla la posibilidad de invertir hasta un diez por ciento con menor calidad crediticia, que ofrecen rendimientos más altos, eso sí, a cambio de un mayor riesgo.

Un buen trimestre

La razón de ser de este tipo de activo es trasladar parte del billón de euros que tienen las familias en cuentas a la vista y depósitos a fondos.

Para Víctor Alvargonzález, socio y fundador de Nextep Finance, estos productos son interesantes siempre y cuando se cumpla el objetivo, «que no está garantizado», con una volatilidad controlada. 

Los primeros meses del año fueron muy positivos, lo que es un buen gancho. Los más rentables del trimestre superan con creces el 5 por ciento, como es el caso de Caixabank Valor 95/65 Eurostoxx, que invierte principalmente en renta fija de países miembros de la OCDE.

Otro interesante es el Kutxabank Horizonte Europa 2021, con una rentabilidad por encima del 5 por ciento también. El objetivo de este fondo (no garantizado) es obtener a vencimiento el 100 por cien invertido, incrementado por las ganancias ligadas al Eurostoxx 50.

En estos casos, son vehículos que invierten en deuda, principalmente española. Aunque se puede incorporar algo más de riesgo en la cartera -principalmente opciones- ya que permiten limitar pérdidas con el fin de conseguir la rentabilidad objetivo a vencimiento. 

Las comisiones pueden «comerse» la rentabilidad

El inversor debe ser consciente de que la rentabilidad de estos productos no sólo está limitada por la política de inversión, sino también por las comisiones. En el caso del Santander AM es del 0,2 por ciento, y en el de Unigest, del 0,23 por ciento. 

Aunque Alvargonzález rompe una lanza a su favor ya que «no son altas si se consigue el objetivo ya que estamos en un entorno complicado de tipos al cero por ciento».

También puede restarles atractivo las comisiones de reembolso, que suelen ser elevadas, -en torno al 4 por ciento-. Para evitarlas, el inversor debería estar atento a las ventanas de liquidez que ofrecen las gestoras y bancos, pero éstas son muy limitadas, lo que supone un riesgo por el lado del coste de oportunidad a tener en cuenta.

En caso de no aprovecharlas «puede darse la situación de tener que vender la posición mantenida en ese fondo en pérdidas», explica Mar Barrero, directora de análisis de Arquia Profim Banca Privada. «Algo más que probable teniendo en cuenta el nivel de tipos del que partimos y del riesgo de que registren cierto repunte a corto plazo», asevera. Especialmente si se tiene en cuenta que los plazos de estos fondos suelen ser a tres y cinco años.

Estas comisiones, que no son nuevas, puesto que se trata de una cláusula que suelen aplicar los garantizados, garantizan a la banca y gestoras una inversión cautiva.

Pero, además de lograr ingresos vía comisiones y clientes, la banca española apuesta por estos vehículos porque les  permite «sacar» de su balance los bonos de deuda pública española. Las ventajas para el inversor son tener una volatilidad controlada y mejorar la rentabilidad de depósitos y cuentas. 

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