Planes flexibles para planificar la jubilación
Al planificar la jubilación, igual que sucede al planificar cualquier inversión, el horizonte de inversión es un factor clave a considerar. Una cartera flexible, capaz de adaptarse a diferentes etapas de mercado, que además vaya modificando su asignación de activos por nivel de riesgo, en función de la distancia hasta la fecha objetivo de la inversión, puede ser una opción a considerar.
Al planificar la jubilación, igual que sucede al planificar cualquier inversión, el horizonte de inversión es un factor clave a considerar. Una cartera flexible, capaz de adaptarse a diferentes etapas de mercado, que además vaya modificando su asignación de activos por nivel de riesgo, en función de la distancia hasta la fecha objetivo de la inversión, puede ser una opción a considerar.
Dentro de la categoría VDOS de Mixtos Flexibles, se han seleccionado los tres planes de pensiones del sistema individual más rentables en el último año, que gestionan su cartera con una fecha objetivo, reduciendo su exposición a activos de riesgo a medida que esta fecha se acerca.
El más rentable de este grupo es BBVA PLAN HORIZONTE 2025, revalorizándose de 6,54 por ciento durante el último año, con un controlado dato de volatilidad de 2,22 por ciento que lo posiciona entre los mejores de su categoría por tal concepto, en el quintil cinco. Con un patrimonio bajo gestión de 60 millones de euros, su objetivo es maximizar el ratio rentabilidad/riesgo mediante la gestión activa de los activos en su cartera, sujeto al objetivo no garantizado de recuperación de la inversión inicial del partícipe al final del horizonte de inversión establecido, que se sitúa en 31 de diciembre de 2025. Un 96,39 por ciento de su cartera corresponde a emisiones del Reino de España, asignándose el resto a Liquidez.
Gestionado por CAJA LABORAL DE PENSIONES, el plan CAJA LABORAL 2040 se revaloriza un 6,22 por ciento a un año, con un coste por volatilidad en este último periodo de 6,14 por ciento. Se propone como objetivo, no garantizado, de proporcionar a los partícipes una rentabilidad adecuada al riesgo asumido, en un horizonte de inversión fijado en el año 2040, mediante la inversión diversificada en activos de renta fija y renta variable mundial. A medida que transcurra el tiempo, el perfil de riesgo irá evolucionando de forma decreciente, adaptándose así al riesgo del partícipe. Cuenta con un patrimonio bajo gestión de 6 millones de euros.
Con fecha objetivo en 2050, CABK DESTINO 2050 PREMIUM gana en el último año un 2,16 por ciento por rentabilidad, registrando en el mismo periodo un dato de volatilidad de 5,26 por ciento. Gestionado por VidaCaixa, su objetivo es proporcionar a los partícipes, cuya edad de jubilación prevista sea en torno al año 2050, una rentabilidad adecuada a ese horizonte de inversión, mediante la diversificación de activos de renta fija, renta variable mundial y otros activos alternativos. A medida que se acerque la fecha objetivo, se irá reduciendo progresivamente la exposición a activos de mayor riesgo e incrementando aquellos que se perciben como más conservadores, con el objetivo de ir reduciendo la volatilidad total del plan. Suma un patrimonio bajo gestión de 4 millones de euros, correspondiendo las mayores posiciones en su cartera a los planes de la propia gestora Plan Abierto Pens39 (5,20%) y Plan Abierto Pens55 (21,67%), el fondo cotizado iShares Core MSCI EM IMI ETF USD Acc (11,41%) la emisión de Reino de España 0.4% 2022-04-30 (8,33%) y el Contrato de Futuros sobre el Stoxx Europe 600 de próximo vencimiento (5,98%).
Llevamos ya dos meses con el mercado volátil, con noticias que han intranquilizado a los inversores y provocado ya dos correcciones, especialmente en los mercados de renta variable. Los principales índices han acusado el aumento de la volatilidad, frenando su tendencia alcista, que parecía no tener fin al inicio del año.
En los orígenes de estas correcciones, está el temor a una política monetaria de la Reserva Federal más agresiva, como consecuencia de la subida salarial en Estados Unidos y la posible consecuencia de aumento de la inflación. Un temor que se ha combinado con la posibilidad de encontrarnos frente a una guerra comercial, como por la imposición de aranceles a la importación de acero y aluminio, por una parte, y a un volumen de 60.000 millones de dólares de importaciones chinas a Estados Unidos por otra, que podría frenar el recién estrenado crecimiento global.