«Vemos más apetito por Europa ahora que hay menos riesgo»

Para este experto, el escenario actual es propicio para los fondos de posiciones largas, en respuesta a una mayor apuesta por los activos de riesgo. Pero los fondos de estrategias alternativas tienen un hueco en las carteras a largo plazo

Mientras la industria de los hedge funds sufre por la presión en los precios, la de los fondos alternativos, vehículos que replican estas estrategias con liquidez diaria, está floreciendo. Tan solo el año pasado entraron más de 30.000 millones en alternativos UCITS en Europa. «Estamos viendo el dinero fluir», asegura Andrew Dreaneen, responsable de alternativos líquidos de Schroders.

Con gran parte del riesgo político fuera de la mesa, ¿en qué contexto se mueve ahora el inversor?

Ya desde la primera ronda de las elecciones en Francia notamos un mayor apetito por activos de riesgo. Estaba en Latinoamérica cuando se celebraron y ya desde ese momento los clientes nos comentaban que querían tener más presencia en renta variable europea. Y así se notó en los mercados. Por eso quizás no hemos visto grandes movimientos desde que se confirmara la victoria de Macron. Pero eso es solo una ventana de dos semanas; demasiado cortoplacista. La panorámica en estos momentos se compone de la Fed, que seguirá ajustando su política monetaria y de preguntas sobre si el Banco Central Europeo comenzará a plantear el 'tapering' (cese) del QE e incluso la posibilidad de una subida de tipos el año que viene. Los inversores ven a Europa más atractiva en comparación con Estados Unidos. La bolsa americana ha batido a la europea aproximadamente un 60 por ciento en los últimos 10 años. Por eso vemos mayor apetito por riesgo y por Europa, ahora que hay menor riesgo en la estabilidad de la UE. Ahora se trata de mirar los fundamentales, y los resultados empresariales en Europa en el primer trimestre han sido fuertes. Vemos una mejora de los beneficios del 15 por ciento en Europa; algo muy atractivo para fondos largos, pero también para estrategias alternativas. Porque ahora se trata no solo del riesgo que se busca asumir en el corto plazo, sino también de la construcción de una cartera diversificada a largo plazo.

El VIX sigue marcando mínimos históricos. ¿Es la calma antes de la tempestad o el rally en Europa solo acaba de empezar? 

Creo que la sensación entre los inversores es que tienen un dilema. Muchos están dudosos con lo que hacer con sus carteras. Es cierto que el optimismo ha vuelto tras la victoria de Trump y de Macron, y los fundamentales de las compañías parecen ser sólidos. El dilema está en qué hacer con la renta fija, con ese dinero que ha rendido muy bien en los últimos 30 años, y, para quienes se han mantenido al margen del rally, si llegan demasiado tarde. Es ahí donde surgen las oportunidades para los fondos alternativos. Hay inversores que entienden muy bien cómo funcionan los hedge funds que están aumentando su exposición en estrategias que les replican, pero también vemos interés, algo, por parte de nuevos clientes por aprender sobre distintas clases de activos, más allá de los tradicionales renta fija y renta variable.

¿Han demostrado hacerlo bien las estrategias alternativas?

El año pasado fue un buen ejemplo. La rentabilidad media de los hedge funds en 2016 fue del 5,5 por ciento. En los últimos 10 años la cifra anualizada ha sido más bien del 10 por ciento, pero «la nueva norma» en este contexto de tipos bajos se acerca más al rango del 4-6 por ciento. Es algo adecuado para la mayoría de los inversores, ya que al intentar buscar de nuevo ese 10 por ciento se arriesga más de lo que uno quisiera. El año pasado las estrategias que mejor funcionaron fueron la de 'distressed' (deuda de compañías en alto riesgo de quiebra o de impago), porque las energéticas rebotaron, así como las 'event driven' (seguimiento de tendencias), porque el entorno de fusiones y adquisiciones se ha visto favorecido por las facilidades de financiación. Incluso las estrategias long/short (largos y cortos) se recuperaron.

¿Cuáles son las estrategias de más éxito entre los inversores?

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Las estrategias sistemáticas (fondos que se apoyan en fórmulas matemáticas y big data para determinar inversiones) han sido muy populares. Según una encuesta reciente a 460 selectores, que tienen más de 2 trillones de dólares invertidos en hedge funds, un 70 por ciento de ellos apostaba por estos fondos en 2016 y el 80 este año. De entre las diez más demandadas, la primera es discretionary macro (macro discrecional), y long/short renta variable la segunda. El año pasado lanzamos una estrategia sistemática que combina modelos CTA (commodity trading advisor, por sus siglas en inglés; estrategia que usa futuros) macro y 'market neutral' renta variable en formato de fondo UCITS con Two Sigma, que en seis meses se tuvo que cerrar a nuevos inversores porque había captado más de 1.500 millones de dólares. Es solo una pequeña muestra de la demanda por fondos alternativos.

En Schroders los inversores pueden acceder a un amplio abanico de estos fondos alternativas a través de la plataforma GAIA. ¿Cuáles han triunfado más?

Entre los alternativos líquidos de mayor éxito en la plataforma de Schroders está el European Alpha Absolute Return Fund, gestionado por Lionel Rayon. Es un fondo de bolsa europea gestionado con posiciones largas y cortas que el año pasado captó 1.000 millones de dólares aproximadamente. Es una estrategia con baja correlación al mercado, lo que refleja la fuerte demanda por fondos 'market neutral'. La segunda más popular fue la de Two Sigma, el Schroder GAIA Two Sigma Diversified Fund, y la tercera, nuestro fondo alternativo de bonos catástrofe, el Schroder GAIA Cat Bond.

¿Cuáles son sus puntos fuertes?

Cada gestor es tiene sus propias cualidades, claro está. De Lionel Rayon diría que es su capacidad de selección de activos, de crear una cartera que no dependa del momento del mercado sino de las oportunidades idiosincráticas; que incluso lo haga bien cuando las bolsas se desplomen. De hecho, en 2008 cerró en positivo. A eso se suma un riguroso control del riesgo. De Two Sigma destacaría que están entre los líderes en 'data science' (la ciencia de los datos) y de mapeo de datos. Tienen uno de los mayores centros de superordenadores del mundo, con unos 95.000 ordenadores y más de 600 investigadores, ingenieros, etc. Su punto fuerte es su capacidad para analizar cantidades masivas de datos y crear de ahí ideas únicas de lo que estas cifras les dicen sobre las tendencias del consumo o los precios de las materias primas.

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