'Que haya toros en Barcelona solo depende del dueño de la Monumental'
Poemas que devienen árboles frondosos y pareados que abofetean. Esplendores cinematográficos y áspera crónica de actualidad. Eros y Thanatos. Pere[…]
Poemas que devienen árboles frondosos y pareados que abofetean. Esplendores cinematográficos y áspera crónica de actualidad. Eros y Thanatos. Pere Gimferrer (Barcelona, 1945) retorna a la poesía en castellano con «No en mis días» (Fundación José Manuel Lara), treinta poemas de 2012 a 2016: cuatro años en los que el escritor y académico ha conjugado tareas literarias y editoriales con la lidia de una enfermedad de la que ya está restablecido y que evocó en «Marinejant», su anterior poemario en catalán.
Medio siglo después de «Arde el mar», Gimferrer sigue ordenando poemas sin orden cronológico como hacía su admirado Vicente Aleixandre. Según el «Tesoro de la lengua castellana o española» de Covarrubias «No en mis días» significa «no en tanto que yo viviere», aunque el poemario tuvo en principio otro título: «El año 13».
Si Celaya proclamó que la poesía es un arma cargada de futuro, la de Gimferrer está cargada de intención política. «En realidad me interesa más Shakespeare, pero lo que veo en los telediarios me empuja a escribir. De los periódicos solo me interesan los titulares y la sección de Cultura», advierte. La triste política española aflora en «Parlamentarismo 2016» -la calderoniana «mona de Tetuán» que habla mucho para no decir nada-, «Gentlemen?s agreement» -sobre la inutilidad de las propuestas de Ciudadanos- y «Dióscuros»: el poeta aliña los nombres de Assange y Lagarde en una Europa infiltrada por la ultraderecha: «Hoy las camisas negras van plisadas / Un maestral del Ventennio está arando Europa». Para quien no lo sepa, apunta Gimferrer, «el Ventennio era el mandato de Mussolini en Italia, entre 1923 y 1943? Hay muchas maneras de ser fascista: Donald Trump y Putin, por ejemplo».
«Que haya toros en Barcelona solo depende del señor Balañá»
En «Too much Johnson», -poema dedicado a Juan Marsé que alude a una película inédita de Orson Welles-, el celuloide neoyorquino convive con la matanza de Casas Viejas y la prisión de Guantánamo. «Wuthering Heighs» (?Cumbres borrascosas?) llama la atención por la novela homónima de Brontë, pero alude al PSOE: «No darán sepultura al Sabbat de Suresnes», escribe: «Si no mencionaba Suresnes, no quedaba clara mi crítica. Fue el congreso fundacional del felipismo del que todavía no hemos salido. Todos los males del socialismo actual vienen de Suresnes».
En el mismo poema habla de «farsa de abril, locos de abril, peristas»: «Me refiero al pacto en Cataluña entre el PSOE y el PSC de Joan Raventós que dejó en la cuneta al PSC de Josep Pallach». Cuando Gimferrer ya tenía el libro en imprenta aconteció el lamentable espectáculo que acabó con el cese de Pedro Sánchez: «Escribí un par de versos pero ya no llegué a tiempo de incluirlos», comenta. Nos los dicta: «La guerra de los ángeles de paja / se ha desatado en plena oscuridad». Y remata: «Lo de la comisión gestora ha sido una chapuza. El PSOE acabará en partido bisagra del PP con los neoperonistas de Podemos haciendo de marxistas».
Un valle sin espadas
Versos condimentados con ingredientes bien diversos. Su amor por Cuca de Cominges; una guerra civil copada por estalinistas; el café de Chinitas de 1933 donde García Lorca cantó con la Argentinita; el día D de 2014 cuando el poeta pisó el quirófano; alguna pulla a algún académico? Y un último verso preñado de esperanza: «Mi vida será un valle sin espadas / Mi vida será el oro de las hadas».
Y hablando de esperanza, nos preguntamos si, -ahora sí- podremos ver toros en Barcelona: «Yo nunca lo dudé. La cuestión es ¿qué piensa hacer el señor Balañá con la plaza Monumental? Que haya toros solo depende de él. Técnicamente es posible y José Tomás está dispuesto. Los animalistas protestarán como siempre, muchos venían expresamente desde Inglaterra. Y Santi Vila, conseller de Cultura, no solo es protaurino sino que elogia la españolidad de Cataluña».