Actualización de perspectivas
Los recientes eventos vividos en los últimos días (Grecia, corrección de la bolsa china, etc.) junto a otros candentes (entre[…]
Los recientes eventos vividos en los últimos días (Grecia, corrección de la bolsa china, etc.) junto a otros candentes (entre los que destacamos Ucrania o la estabilidad de Oriente Medio) nos hacen recordar que vivimos rodeados de incertidumbres que pueden afectar, en muchos casos, al normal desempeño de la coyuntura económica y de la evolución de los mercados.
Pero es necesario hacer asunciones sobre una, la coyuntura económica, y otra, la evolución de los mercados, para no estar a merced de los acontecimientos, sino variar nuestra actuación sobre cómo afectan los sucesos a la hoja de ruta previamente diseñada.
En este sentido, pensamos que la economía mundial se acercará en 2015 a cifras de crecimiento similar a las de los últimos años (3,4 por ciento), algo más bajas de lo que se esperaba en los primeros meses del año en curso y todavía con ciertos riesgos a la baja, pero no va a ser un año malo. Es necesario quitar cierto dramatismo a algunas situaciones: i) Estados Unidos ha tenido un mal primer trimestre por razones climatológicas y no se ha recuperado en el segundo tanto como lo hizo en 2014, pero finalmente la actividad va tomando velocidad, ii) la corrección de las bolsas chinas no creemos que impacte mucho más allá en su economía de como lo hicieron las anteriores verticales subidas, y iii) la crisis de los países productores de petróleo se compensa con la mejora de la situación de los consumidores y el balance neto es ligeramente positivo para la economía mundial.
Pese a que el temor a la deflación se vaya diluyendo, pensamos que los bancos centrales, con la excepción de la Reserva Federal, van a seguir con una política monetaria muy laxa que mantendrá los tipos cortos en los bajos niveles actuales.
En anteriores columnas hemos afirmado que los bonos gubernamentales, sobre todo los alemanes, no tenían valor alguno. Aunque siguen sin ser nuestro activo favorito, no somos tan pesimistas como antes, habida cuenta de la importante corrección que han sufrido. Los bonos españoles van a estar afectados no solo por la problemática de los bonos alemanes, sino también por las oscilaciones de la prima de riesgo que se ha demostrado vulnerable a los eventos de otros países periféricos. Además, nos adentramos a la vuelta del verano en un periodo electoral donde puede que el compromiso con la estabilidad macroeconómica pueda ser en puesta en duda por parte de los inversores internacionales con los consiguientes ampliaciones de los diferenciales de la deuda española respecto a los bonos de los países centrales.
Seguimos viendo que Europa va a continuar la recuperación, pese a la problemática de la situación griega. Puede que impacte en algunas décimas en el crecimiento europeo, salvo que el efecto contagio sea mucho más intenso de lo que estamos esperando. Decimos esto porque esperamos que el Banco Central Europeo en caso de recrudecimiento de contagio por la situación griega actúe de una manera contundente estableciendo un cortafuegos alrededor de las economías europeas más vulnerables siempre y cuando estas respondan con indiscutibles compromisos con la estabilidad macroeconómica. Además, si la situación griega se mantuviera y supusiera una tensión constante en los mercados que pueda comprometer la recuperación europea, el BCE tendrá un motivo adicional para actuar con el fin de que esta tensión no neutralice los efectos deseados de su laxa política monetaria.
A la vista de lo anterior, nos ratificamos en nuestro optimismo en las acciones, sobre todo en el área desarrollada, y dentro de ésta, especialmente en Europa. Los recientes acontecimientos han dejado las acciones europeas en una situación más atractiva que hace unos meses.