Adelante con más subidas de impuestos
No debería esperar más tiempo el Gobierno para prolongar la agonía en la que se está moviendo la recaudación de los tributos indirectos (IVA y Especiales) y también el de Sociedades.
Hace tiempo que no quedaba más remedio que obtener más dinero por estos gravámenes. Y los últimos datos de ejecución presupuestaria así lo han demostrado. Si el Ejecutivo quiere cumplir con los objetivos de déficit debería actuar sobre los Talones de Aquiles de nuestro sistema tributario, como ya lo hizo en su primer Consejo de Ministros aumentando las retenciones de los trabajadores. Porque ni siquiera la amnistía fiscal, ni el plan anti-fraude elaborador por Hacienda van a conseguir sus objetivos a corto o medio plazo.
-IVA. La recaudación por este tributo vuelve a pinchar. Hasta el mes de mayo, ha retrocedido más de un 10%, hasta los 22.782 millones de euros. Bien es verdad que el consumo no para de resentirse, pero tampoco debemos obviar que las bases recaudatorias pueden aumentar. Bien porque se incremente el tipo general (del 18% al 20%, 22% ó 23%); bien porque determinados tipos reducidos (4% y 7%) se incorporen al general. Si para mejorar la recaudación por IVA, el Gobierno espera a "ampliar las bases de contribuyentes" como efecto del plan-antifraude, se debería ir olvidando. No hay conciencia ciudadana de "colaborar" en esta importante tarea si, al tiempo que se anuncian más sanciones e inspecciones, el contribuyente comprueba cómo a su vecino le perdonan su dinero negro.
-Impuestos Especiales. La caída de la recaudación en los cinco primeros meses del año ha sido cercana al 3%, hasta acumular 7.466 millones de euros. Ocurre lo mismo que con el IVA: o aumentan los tipos o la recaudación seguirá cayendo. Porque llega un momento en el que el consumo del tabaco, del alcohol o de hidrocarburos no puede caer más; o al menos, aunque caiga, que la subida del gravamen compense la reducción de la actividad consumista y económica.
-Sociedades. Todavía tiene margen el Gobierno para seguir actuando en uno de los tributos que más esfuerzos hacen por sortear la normativa fiscal a base de cuantiosas deducciones. Porque las empresas que abonan este tributo no son precisamente las pymes o autónomos que tan mal lo pueden estar pasando. Son, más bien, las que obtienen beneficios en sus cuentas de resultados.
-IRPF. Por ahora, el impuesto de la Renta puede sentir alivio al evitar nuevas medidas extraordinarias que incrementen su recaudación. A pesar de que ahora hay 300.000 más parados que hace cinco meses; de que muchos salarios se han reducidos; y de que muchas jornadas laborales se han recortado para compensar despidos, la recaudación por IRPF ha aumentado un 0,8% con respecto al mismo mes de 2011. La evolución de este gravamen constituye la muestra más relevante de que un importante aumento de tipos impositivos puede compensar cualquier caída en la economía real que sustenta a ese tributo.