Bernanke disminuye los estímulos a la economía
La semana pasada, tras la culminación de la reunión de dos días que la Reserva Federal mantuvo, hemos conocido de boca del presidente del banco central norteamericano que se preparan para empezar a disminuir las cantidades de liquidez que venían inyectando en el mercado.
La semana pasada, tras la culminación de la reunión de dos días que la Reserva Federal mantuvo, hemos conocido de boca del presidente del banco central norteamericano que se preparan para empezar a disminuir las cantidades de liquidez que venían inyectando en el mercado.
La Fed compra mensualmente 85 billones de dólares en activos de renta fija soberana y títulos hipotecarios, proceso que conocemos por sus siglas QE3. El efecto que estas medidas han tenido en la economía estadounidense son evidentes. La tasa de desempleo ha disminuido hasta el 7.5% actua,l y el crecimiento se ha mantenido por encima del 2% a pesar del gran recorte en gasto público, provocado por el acuerdo conocido como el secuestro fiscal.
Bernanke, como suelen hacer los buenos banqueros centrales, ha dejado bien clara la hoja de ruta y ésta pasa por un nivel de tasa de desempleo del 6.5%, a partir de la cual se comprometen a comenzar a elevar los tipos de interés. Esto quiere decir que, desde la cota actual hacia el 6.5%, tendrán que ir reduciendo las compras de activos de renta fija hasta dejarlas en cero.
El efecto, lógicamente, ha sido el de subida de las rentabilidades de los bonos, concretamente el de 10 años se elevó más de 20 puntos al conocerse la noticia y fortalecimiento del dólar. Hasta ahí todo bien, sin embargo, también ha traído consigo una fuerte caída en las bolsas mundiales por miedo a que la retirada de los estímulos de la Reserva Federal pueda hacer retraerse la economía mundial. Bernanke hizo mención en el discurso que pronunció tras la reunión, que nunca puede ser interpretada esta medida como negativa porque, precisamente, se toma por todo lo contrario, porque la economía mejora. Pero los inversores necesitan tocar con sus propias manos la realidad y no se creen del todo las palabras de Bernanke.
La economía de Estados Unidos, ciertamente, lleva un inmejorable ritmo de recuperación en los últimos trimestres y, sin ninguna duda, llegará a los niveles de empleo esperado, pero el riesgo no está allí sino en lugares como China, de la que se dice que podría tener dificultades serias en su sistema financiero. De hecho, en los últimos días han sufrido episodios de falta de liquidez y los tipos de interés interbancarios casi se han duplicado en los periodos cortos, y como no también en Europa.
Gran parte de las acertadas medidas tomadas por la Reserva Federal se tomaron con un ojo mirando hacia Europa, y en la situación actual, en la que todavía no tenemos ningún indicio claro de recuperación de la economía del viejo continente, a pesar de los buenos augurios que continuamente oímos tanto de políticos como de banqueros centrales, la aversión al riesgo podría incrementarse entre los inversores internacionales si por culpa de la retirada de estímulos en Estados Unidos, el crecimiento se ralentizara y Europa sufriera un nuevo retroceso.
Ya somos algunos los que pensamos que la decisión de la Reserva Federal se toma con un compromiso no confesado por parte de las autoridades europeas de que el Banco Central Europeo tomó el relevo, y como recientemente ha manifestado Draghi, se considere la implementación de medidas de política económica no convencional (básicamente de provisión de liquidez) para facilitar la financiación entre los bancos y con ella el crédito empresarial. Esperemos que sea así y que en Estados Unidos puedan darle marcha atrás a la manivela sin mayores sobresaltos.