¿Cómo beneficiarse de un ciclo global que sigue poco activo?

En términos general, el ciclo global sigue poco activo, pero gana fuerza en Estados Unidos. A pesar de que persiste la incertidumbre sobre la política fiscal y monetaria y una primera ola de subida de impuestos golpeó los salarios en enero, el sector del consumo está cotizando alto, particularmente el sector automovilístico.

En términos general, el ciclo global sigue poco activo, pero gana fuerza en Estados Unidos. A pesar de que persiste la incertidumbre sobre la política fiscal y monetaria y una primera ola de subida de impuestos golpeó los salarios en enero, el sector del consumo está cotizando alto, particularmente el sector automovilístico. Asimismo, la inversión corporativa sigue animada y las empresas continúan contratando plantilla. Incluso aunque los datos de creación de empleo siguen algo volátiles, el desempleo está ahora en una tendencia a la baja que es poco probable que se dé la vuelta. 

Sobre todo, hasta ahora 2013, ha confirmado la tendencia en el sector inmobiliario y de la construcción, que se inició en 2012. La recuperación continuada en los precios inmobiliarios y de la construcción supone un impulso directo para el PIB, pero, lo que es más importante, tiene un efecto multiplicador sobre el crecimiento económico pues hace que la población sienta que tiene mayor poder adquisitivo, mejorando los niveles de confianza y ayudando a los bancos a reducir pérdidas. Es probable que se llegue a un acuerdo tanto a nivel presupuestario como en relación al techo de gasto y esto limitará el impacto del recorte automático del gasto introducido en marzo. 

Por último, la Fed sigue estando preocupada por la tasa de desempleo que ha caído hasta el 7,6%, pero que sigue bastante por encima del objetivo oficial del 6,5%. Como consecuencia, trata de mantener una política monetaria muy acomodaticia manteniendo los tipos de interés cercanos a cero y comprando 85.000 millones de dólares en bonos cada mes.

Europa, por su parte, es el eslabón débil dentro de la foto global y seguirá siéndolo este año. La acción del Banco Central Europeo ha conseguido reducir el riesgo sistémico en el sector bancario, pero su política monetaria no ha resultado exitosa en su objetivo de normalizar el crédito. Al mismo tiempo, los continuos esfuerzos para reducir los déficits gubernamentales están teniendo un impacto negativo en la economía. Sin embargo, deberíamos destacar tres aspectos positivos. Alemania está resistiendo y ya no tiene problemas presupuestarios. Asimismo, se han invertido las divergencias en las tendencias de los fundamentales en la eurozona lo que ha originado un rápido equilibrio en la mejora de pago tras el agudo deterioro de 2008-2009. Además, se han fortalecido los mecanismos como el Mede y el programa OMT y se espera que la futura unión bancaria apuntale la unión monetaria. El Banco Central Europeo debería ahora recuperar el control y tratar de reavivar la oferta y demanda de crédito que sigue a niveles peligrosamente bajos. No obstante, se está volviendo difícil encontrar una solución creíble que sea aceptable para todos los países de la eurozona.

Japón, por el contrario, ha optado de forma decidida por imprimir moneda sin ningún tipo de traba. Esta medida cogió por sorpresa a los mercados cuando se anunció a principios de abril y las divisas, las acciones y los bonos reaccionaron rápidamente. Sin embargo, si se quiere evitar otra salida en falso, será necesario que se expliquen minuciosamente los detalles exactos de la política económica y de las reformas estructurales.
Los países emergentes representan hoy más que nunca una categoría heterogénea en la que se pueden observar dos grandes grupos.
El primero, que está representando por Brasil y Rusia, sigue decepcionando. El segundo, simbolizado por China, está mostrando señales positivas de crecimiento, aunque no muy fuertes. Todavía se sienten los efectos de la política monetaria restrictiva que China puso en práctica en 2010-2011 y el cambio de dirección que tuvo lugar a principios de 2012 ha tenido poco impacto hasta la fecha. Sin embargo, si los estímulos monetarios y presupuestarios de Japón demuestran ser efectivos, podrían tener unas consecuencias muy positivas para toda Asia emergente. 

Los estímulos monetarios, la existencia de unas condiciones financieras más fáciles y unas perspectivas de crecimiento global moderado, pero menos volátil, han creado un entorno donde el riesgo de invertir en bonos corporativos convencionales y convertibles y en renta variable está recompensado. Al mismo tiempo, el desfase cíclico entre Europa y Estados Unidos es claramente una buena noticia para el dólar. 

Philippe Uzan, CIO de Edmond de Rothschild Asset Management

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