De Guindos/Mafo o el drama de la incomunicación
Miguel Ángel Fernández Ordóñez asiente desde el silencio que siempre es justificable en el gobernador de un banco central, pero Luis de Guindos no ha dudado en reconocer públicamente los problemas de comunicación que existen entre el Banco de España y el ministerio de Economía
Miguel Ángel Fernández Ordóñez asiente desde el silencio que siempre es justificable en el gobernador de un banco central, pero Luis de Guindos no ha dudado en reconocer públicamente los problemas de comunicación que existen entre el Banco de España y el ministerio de Economía. El ministro ha señalado que la decisión del Gobierno hace seis años de no respetar el consenso y dejar que el cargo de subgobernador de la entidad lo propusiera el Partido Popular ha supuesto, pasado el tiempo, un grave problema. Era una buena forma de exponer públicamente la falta de fluidez existente entre dos instituciones que deberían estar obligadas a entenderse, aunque respetando su independencia: el ministerio de Economía y el Banco de España.
Que en medio de la crisis más grave que ha afectado en su historia al sistema financiero español no haya complicidad entre el ministerio de Economía y el Banco de España constituye, sin duda, un drama. Nunca como ahora era necesaria una acción coordinada entre ambas instituciones a nivel nacional e internacional. Esa falta de fluidez la están pagando las propias entidades financieras españolas que hace ya tiempo se dieron cuenta de que no tenían un buen intermediario ante las autoridades europeas. Ahora tampoco lo tienen ante las españolas. De esta desconexión están siendo también conscientes los inversores extranjeros, sorprendidos por el escaso protagonismo que el Banco de España está teniendo en medio de la crisis y ello no contribuye, sino todo lo contrario, a incrementar la desconfianza respecto al sistema financiero español.
En cualquier caso, una cierta descoordinación se dio ya entre el Banco de España y el Ministerio de Economía, más allá del natural intento de aquella institución de reivindicar su independencia, en el anterior gobierno con el socialista Rodríguez Zapatero como presidente. El ministerio de Economía se mostró siempre crítico a la benevolencia con la que el Banco de España dio por buenas algunas fusiones entre cajas de ahorros como la de Caixanova y Caixa de Galicia y que dio lugar a CaixanovaGalicia. Ahora esta entidad, fruto de aquella fusión representa uno de los principales problemas del sistema financiero español.
El próximo nombramiento de Luis Linde como gobernador del Banco de España, tras su inclusión en el consejo de esta institución deberá poner fin a esta dramática comunicación. Sólo hay que esperar un mayor esfuerzo para que el nombramiento del subgobernador sea fruto del consenso y evitar que dentro de seis años pudiéramos encontrarnos con el mismo problema. Al menos debemos esperar para entonces que esté concluida la reforma del sistema financiero español.