Del miedo a la euforia, sin pasar por la sobrecompra

El mercado derrocha optimismo en las últimas semanas, la unidireccionalidad hacia la compra masiva de títulos es total y la puerta está abierta hacia el camino al optimismo, otorgándose buenas rentabilidades dentro del mercado de valores.

El mercado derrocha optimismo en las últimas semanas, la unidireccionalidad hacia la compra masiva de títulos es total y la puerta está abierta hacia el camino al optimismo, otorgándose buenas rentabilidades dentro del mercado de valores.

Las bolsas, ahora, encima se atreve a no ver caros activos que hace tan sólo unos días penalizaban de una manera muy importante. La compra por parte de los inversores está llevando de nuevo a máximos al mercado americano y se sigue viendo una actividad compradora mucho más importante en dicho mercado que en el europeo.

El mercado vuelve a sobre reaccionar en momentos en los que la posible pérdida del status quo dentro de un territorio o un ente económico o político peligra y como siempre termina recuperando el terreno perdido o ganado (independientemente del activo) en cuestión de días, acompañándolo con un extraño optimismo después del impacto generado por el evento.

Las situaciones puntuales negativas son cada vez más comunes, y se está normalizando algo que debería ser punto de estudio e inflexión en muchas ocasiones.

No todos son los que se suman al renacido optimismo, ya que el foco se centra ahora en unas presentaciones de resultados que pueden ser complicadas, ya que dentro de Estados Unidos el incremento de los salarios podría condicionar una caída en los márgenes empresariales y que esto mismo se tradujera en un incremento de la tasa de desempleo a nivel nacional, por la creciente reducción de la contratación. 

En la toma de decisiones inversora lo que debe tener en cuenta el inversor es la contratación de activos tremendamente líquidos, ya que la búsqueda de rentabilidad puede oponerse a una situación de riesgo que perturbe la decisión inversora. La agilidad del activo se hace clave en este punto y hace que siga ganando atractivo la renta variable.

El mercado de renta variable sigue incrementando su valor, lo que aunque haga bueno el dicho "está demasiado caro" le proporciona un atractivo que, lejos de alejar al inversor, hace un llamamiento aún más especial. No se le pueden poner techo a algo que de manera continuada sigue generando nuevos picos más altos que siempre parecían prácticamente insuperables.

Aun así la euforia es contenida, esto es bueno, ya que lo que realmente podría llegar a ser preocupante seria que la sobrecompra fuera excesiva. Dicha cuestión nos hace ver que el mercado todavía tiene recorrido, sabiendo que cuando todo el mundo es optimista el retroceso bursátil, está a la vuelta de la esquina.

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