Dinero, dinero y más dinero
Los bancos centrales deben asumir un papel más allá de la política monetaria tradicional
¿Saben quién es Don Cangrejo? Es la diferencia entre tener niños pequeños o no tenerlos. Los humoristas gráficos son los que mejor han reflejado la ironía del momento. Hace unos días, uno de ellos lo mostraba con una persona a punto de ahogarse por otra que le apretaba el cuello, en el agua; no me salve que me ahoga, decía la primera. Muy ilustrativo. La segunda, este mismo fin de semana, con otra persona (quizás la misma) exclamando con el agua al cuello: "Es irónico morir de sed en un mar de liquidez". Sí, dinero, mucho dinero, en un mundo de limitado crédito.
Y esto es lo que intentan combatir los bancos centrales: la política monetaria tradicional no funciona al no funcionar el mecanismo de transmisión monetaria (ante el riesgo de contrapartida y el de liquidez); los bancos centrales deben asumir un papel más allá de la política monetaria tradicional para combatir tanto el riesgo de contrapartida (asumiendo ellos mismos mayor riesgo en su balance), el riesgo de iliquidez (crear mercado al mismo tiempo que reprimen financieramente a los ahorradores) y limitando el riesgo de insolvencia financiera al sector público. ¿Financiar a los gobiernos? Yo no he dicho eso, pero en algunos casos se parece bastante.
Al final, todo hace pensar que el ECB está dispuesto a romper tabúes ("el ECB no tiene tabúes", dijo recientemente Draghi) y recortar más los tipos (nosotros esperamos medio punto más en los próximos seis meses, comenzando quizás esta misma semana), inyectando más liquidez a los bancos (LTRO), poniendo en negativo el tipo de depósito y hasta soportar el riesgo país bien comprando deuda (SMP) o financiando al EFSF/ESM para que lo haga (pero el ECB lo ejecutaria). También vemos probable que la Fed decida aplicar una nueva fase de política monetaria (quizás no esta semana, aunque nunca se sabe), al mismo tiempo que no descartamos más medidas expansivas desde el BOJ y vemos probable un recorte de tipos en UK.
Y con todo, pese a todo, al final harán falta más decisiones políticas en la zona. Al final, harán falta más decisiones fiscales de ajuste a nivel mundial. Más cambios estructurales en el proceso de demanda mundial, como ya se comienzan a atisbar en China. Y todo ello, cuando la reestructuración de las deudas será algo más habitual de lo que nos gustaría. En Europa, con riesgo fiscal (partimos de la salida de Grecia del Euro, pero no es una cuestión de previsión), riesgo económico (más flexibilidad en los objetivos de déficit es imprescindible...pero no suficiente) y especialmente más medidas políticas. Lamentablemente, estás se siguen tomando en momentos límite y nunca son suficientes para contentar a unos mercados que van mucho más rápido.
Consolidación en divisas, bolsas atractivas por valoración (pero el precio es otra cosa), volatilidad en el crédito y tipos de interés de la deuda dominados por la combinación de pánico/miedo/ambición. En un escenario de este tipo no debería extrañar que el precio del oro y otros metales preciosos escalan posiciones, lo que contrasta con la volatilidad que podemos observar en otros mercados de materias primas. Como es el caso del crudo y de forma más reciente hemos visto en los precios de los alimentos.