El BCE, a paso de tortuga
El Banco Central Europeo sigue siendo excesivamente lento y acaba su reunión sin tratar el principal problema de la zona euro, la fragmentación del mercado de crédito.
De nuevo el Banco Central Europeo culmina una de sus reuniones mensuales sin que se tome ninguna medida nueva ni se avance en la lucha contra el principal problema de la economía europea, la fragmentación del mercado de crédito.
Mario Draghi reconoció en diversas ocasiones durante la rueda de prensa y en el turno de preguntas, que para que la actividad económica pueda llegar a alcanzar la normalidad se necesita que en los países más afectados por la crisis, entre ellos el nuestro, los bancos puedan reanudar su actividad crediticia, ya que en la actualidad se encuentra frenada.
Los motivos de esta enorme diferencia en el acceso al crédito entre países del norte de Europa y del sur- esto es lo que se conoce como fragmentación del mercado crediticio- son debidos principalmente a la inaccesibilidad que algunos bancos sufren al mercado mayorista de capitales, mercados monetarios o mercados de emisiones.
Para que nos entendamos, los bancos necesitan también captar financiación de otros bancos o de inversores para poder destinarlo a dar préstamos, si esta fuente se seca el crédito se tiene que restringir.
Las razones de este estrangulamiento de las fuentes de financiación hay que buscarlas en el mismo origen de la actual crisis y no son otras que la desconfianza. Desconfianza tanto en el riesgo país del banco en cuestión como en la salud financiera de la entidad. Algo se ha ido mejorando en la clarificación de los estados económicos de los bancos europeos, a pesar de tantos intentos fallidos y desconcertantes con los famosos stress-test. Pero todavía queda mucho por hacer.
En nuestro país, la crisis de las cajas de ahorros y más concretamente la de Bankia nos ha perjudicado en exceso y ha dejado al sistema financiero español en la situación de tener que demostrar más de lo que en justicia se debería exigir.
La labor no es sólo del Banco Central, me refiero a la de desbloquear el circuito de crédito, los gobiernos tendrían que implementar medidas que promuevan la financiación privada, sobre todo a las pymes que son las principales creadoras de puestos de trabajos, pero los tímidos intentos que se vienen probando tienen bastante poca efectividad. Se echa de menos una banca pública para estos menesteres, aunque hablar de esto en los tiempos en que vivimos es casi caer en la herejía.
Pero dentro de todas estas limitaciones, mi opinión es que el Banco Central Europeo sigue siendo excesivamente lento y que tiene en su poder algunas herramientas que, en la situación actual, más que hace un año, facilitaría en gran manera avanzar en este sentido.
Me refiero a dos temas, uno de ellos es llevar a cabo una verdadera ampliación de los activos colaterales que se admiten a los bancos para poder obtener financiación del BCE. Digo verdadera, porque la recientemente anunciada con los ABS, no sólo se ha quedado corta sino que además se compensa negativamente con la reducción en otros activos de renta fija. Al final el resultado es cero.
El otro sería volver a proporcionar liquidez directa, estilo LTRO, a los bancos que lo soliciten. Cuando la primera vez se llevó a cabo esta medida se hizo de urgencia, para salvar la vida del enfermo que entonces estaba infectado por el virus Italia- Berlusconni y se hizo con éxito. Esta segunda vez tendría que servir para sacarlo del hospital.
El mercado sigue esperando un anuncio de este tipo con verdadera expectación, casi todos los organismos, inversores, traders, analistas y demás coinciden en que una medida de esta tipo ayudaría a desfragmentar, en estos momentos, al mercado de crédito europeo. Se habla que hasta después de las elecciones alemanas no se tomaran estas medidas. Bueno, mas vale tarde que nunca, pero ojalá hubieran adelantado las elecciones en este país. Ya estamos cansados de esperar.