El entorno sigue siendo favorable para las acciones

La mayoría de las bolsas mundiales están todavía en territorio razonablemente positivo debido a las expectativas de un incremento de los ingresos de un 8% y a la abundante liquidez.

Casi todas las clases de activos han avanzado en la primera mitad del año. La mayoría de las bolsas mundiales están todavía en territorio razonablemente positivo debido a las expectativas de un incremento de los ingresos de un 8% y a la abundante liquidez. Entre los mercados principales, solo Japón y China están en negativo, como consecuencia de la mala visibilidad económica. La gran sorpresa ha llegado con la importante flexibilización en los rendimientos de los países con mejores rating como Estados Unidos y Alemania, al mismo tiempo que los diferenciales de los mercados periféricos y las primas de crédito siguen estrechándose. En efecto, los segmentos con las mayores duraciones son los que han obtenido mejores resultados. Por último, las principales commodities, como el petróleo y el oro, también han subido.

Esperamos que en la segunda mitad del año se produzcan mayores divergencias entre las clases de activos y las tendencias del mercado norteamericano de bonos, que serán el factor clave.  Los fundamentales económicos y las políticas de los bancos centrales han ayudado a mantener un ambiente muy favorable para las compañías de gran capitalización. Seguimos esperando que el ciclo de crecimiento de beneficios, que está en marcha en Estados Unidos, eche raíces también en Europa. No obstante, antes de que acabe el año, probablemente, los mercados tendrán que empezar a estar preparados para el fin de de la política de tipos cero en Estados Unidos. Incluso, aunque la FED no suba tipos hasta mediados de 2015, y a pesar de que sigue la iniciativa del Banco de Inglaterra de subrayar la naturaleza gradual, que tendrá cualquier endurecimiento monetario, creemos que los actuales rendimientos norteamericanos no han descontado todavía este cambio. Como resultado, en otoño de este año podríamos asistir, aunque en menor medida, al mismo escenario que vivimos a principios de 2013 cuando las noticias de que se iban a retirar los estímulos provocaron la caída del mercado de bonos y también afectaron temporalmente a otras clases de activos. 

Por tanto, en nuestras carteras de renta fija tenemos una exposición muy baja al riesgo de duración. Preferimos invertir en bonos con mayores rendimientos, como la deuda de los países periféricos, la deuda subordinada financiera, los bonos europeos de alto rendimiento y algunos emisores de países emergentes. Debido a la existencia de un animado mercado de nuevas emisiones, los bonos convertibles han visto reducida su volatilidad implícita en las últimas semanas, por lo que las valoraciones relativas han mejorado. 

En renta variable, seguimos prefiriendo Europa y, en menor, medida Estados Unidos y Japón. El efecto de la divisa y una ligera mejora en las economías domésticas deberían ayudar a que el crecimiento de los ingresos en Europa se reavive en la segunda mitad del año. Asimismo, las operaciones de fusiones y adquisiciones deberían seguir impulsando los mercados. En Estados Unidos, los altos márgenes y la fuerte sensibilidad a los tipos de interés de algunos sectores nos ha llevado a mantenernos al margen de los segmentos más caros, como los bienes de consumo básico.

En cuanto a las acciones emergentes, la selección sigue siendo fundamental. Algunos mercados están empezando a cotizar con descuentos importantes, pero la incertidumbre en China, la probabilidad de que se produzca un endurecimiento monetario en Estados Unidos y el aumento de los riesgos geopolíticos o políticos, como en Venezuela, sugieren que no hay prisa. En divisas, el dólar debería recuperarse frente al euro. La cada vez mayor divergencia entre las políticas de la FED y el BCE constituye un importante punto a favor del dólar.

Philippe Uzan, Director de Inversiones long only en Edmond de Rothschild AM (France)

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