El fiscal acusa a Jaume Roures de fraude por subvención de taquilla
La fiscalía ha acusado a Jaume Roures y Josep Maria Benet, además de a otras personas que puedan estar implicadas,[…]
La fiscalía ha acusado a Jaume Roures y Josep Maria Benet, además de a otras personas que puedan estar implicadas, de fraude por subvención por el hinchazón de la taquilla para recibir ayudas en estas dos películas: «Flores negras» (2009) y «La vida empieza hoy» (2010). El caso del fraude por «taquillazo» resucita mediáticamente con dos caras muy conocidas.
Estas dos cintas fueron producidas por Ovideo TV, cuyos gestores, según nos informan desde Mediapro, eran Enrique y Antoni Camín (este último como consejero delegado). Precisamente esta va a ser la defensa que va argüir el grupo mediático: aunque Ovideo TV formaba parte del accionariado de la empresa, la gestión de esta filial recaía totalmente en sus gestores. O sea, en los hermanos Camín.
En 2007 Mediapro entró a formar parte de Ovideo TV, aunque no sería hasta 2013 cuando, por diferencias en la gestión de los hermanos Camín, la productora se decide a adquirir enteramente su filial. Por eso, desde el grupo se escudan en que no tienen responsabilidad de los hechos de los que se les acusa, ya que eran anteriores a su participación en la gestión. Además, cuando descubrieron las irregularidades de Ovideo TV, se devolvieron las subvenciones (de alrededor de 600.000 euros por película).
Una portavoz de Mediapro ha subrayado que «todos los informes de las subvenciones están firmados por ellos», en referencia a los hermanos Camín, y que, de las 50 películas que ha producido Mediapro en su historia, solo con dos han tenido problemas, «las producidas por ellos». El grupo mediático va a exigir que los hermanos Camín asuman la responsabilidad y va a presentar una querella criminal por administración fraudulenta.
El conocido como fraude del «taquillazo» suma dos nuevos nombres a una larga lista integrada por personajes tan populares del mundo del cine como Enrique Cerezo, José Luis Garci y Enrique González Macho, entre otros. El trucaje consistía en incrementar las recaudaciones de las películas para optar a mejores subvenciones públicas.