El huracán Harvey inunda Luisiana tras dejar treinta muertos en Texas
El sol luce en Houston por primera vez desde que el huracán Harvey descargara el diluvio universal los últimos cinco[…]
El sol luce en Houston por primera vez desde que el huracán Harvey descargara el diluvio universal los últimos cinco días. Un pequeño consuelo para una ciudad anegada que suma una veintena a los más de treinta muertos que Texas ha anunciado oficialmente. Entre ellos, el sargento de la policía local Steve Pérez, sorprendido cuando empezaba a reportar a la estación central sobre la crecida de las aguas. También pereció una familia hispana de seis miembros, que intentaba dejar la ciudad en coche. Se teme que su bajada saque a flote muchos más cadáveres.
El toque de queda impuesto por las autoridades desde la medianoche, para prevenir una posible ola de robos, oscurece aún más las inundadas calles de la cuarta ciudad más populosa de Estados Unidos. Las labores de rescate continúan. Sólo en Houston, 17.000 vecinos que quedaron a la intemperie están a buen recaudo. Sumando todo el sur del estado, más de 30.000 texanos llenan hasta la bandera 230 improvisados refugios. El huracán dio ayer un respiro a Texas y se desplazó momentáneamente al estado de Luisiana, donde tocó tierra por segunda vez, a una velocidad de casi cien kilómetros por hora. Aunque eso no quiere decir que la lluvia haya abandonado el sur texano y Houston, donde se espera para estos días agua de hasta treinta centímetros de altura.
La dimensión de la catástrofe que afecta a los dos estados sureños se resume en los casi dos millones de norteamericanos que han sido llamados a evacuar sus casas. El dato lo aportaba ayer la Casa Blanca, que, después de la visita de Trump a la zona, difundía un comunicado oficial del presidente en el que destacaba «la fortaleza y resistencia de los habitantes de Texas y Luisiana», a quienes prometía «no sólo palabras, sino también acción». La nota fue reforzada ayer con un mensaje de ánimo que Trump lanzó desde Twitter, saliendo al paso de las críticas recibidas por su «falta de contacto humano» durante su presencia en Corpus Christie y en Austin, la capital de Texas. La Casa Blanca ya había anunciado previamente que el presidente iba a evitar las zonas más afectadas «para no interferir en las labores de rescate», así como que volverá a visitar el estado, y también el de Luisiana, el próximo fin de semana.
La llegada de Harvey al estado que más sabe de inundaciones ha resucitado el fantasma del Katrina, el huracán que cubrió de agua en 2005 todo el sureste del estado, dejando en Nueva Orleáns imágenes dantescas y años de reconstrucción, todavía hoy parcialmente pendientes. Aunque sus autoridades no temen esta vez el mismo impacto, el huracán que ya está considerado más potente de la historia del país alcanzará también parcialmente a la populosa ciudad sureña. El meteorólogo Eric Holthaus anunció ayer lluvias en la ciudad de hasta un cuarto de metro de altura, que se prolongarán unas 36 horas,
aunque advirtió: «No sería sorprendente que terminara siendo más que eso».
Harvey entró ayer por el suroeste, donde la ciudad de Cameron recibió la primera gran descarga de agua. Si mantiene su ritmo actual, se espera que el huracán prosiga su curso hacia interior del este del país y atraviese los estados de Mississippi (jueves), Tennessee (viernes) y Kentucky (sábado). Los expertos confían en que el huracán Harvey vaya convirtiéndose en tormenta tropical a medida que avance.