El inexplicable silencio sobre la pensión futura

La noticia de que la paga extra de los pensionistas ha acabado prácticamente con la hucha de la Seguridad Social,[…]

La noticia de
que la paga extra de los pensionistas ha acabado prácticamente con la hucha de
la Seguridad Social, ese remanente dinerario que diferentes gobiernos han ido
acumulando desde hace más de una década, ha incrementado la inquietud entre los
que están más o menos cercanos a la jubilación. La semana pasada se publicó una
encuesta, llevada a cabo por Mapfre, según la cual el 41 por ciento de los
españoles no tenía confianza en llegar a cobrar la pensión pública
y el 82 por
ciento estaba convencido de que tal pensión no le permitiría mantener su actual
nivel de vida.

Pero el dato más
significativo de la encuesta es el que refleja la falta de información e
ignorancia en la que se encuentran los españoles: el 84 por ciento señala que
le gustaría saber cuál es su expectativa de pensión futura. Comprensible
aspiración en la actual situación, teniendo en cuenta, además, que dicha
información es un mandamiento legal y fue un compromiso adquirido por el
Gobierno
en la anterior legislatura, que debería haberse cumplido a finales del
2014. Pero, tres años después, nadie ha explicado las razones de tal
incumplimiento.

El consejero
delegado de Mapfre Vida, Juan Fernández Palacios,  lleva años lamentándose de que no se remita
la carta prometida a los mayores de 50 años
y considera que no se hace "por
temor a defraudar expectativas y porque los ciudadanos pueden culpar al
mensajero". Sin embargo, está convencido de la necesidad y obligación de hacer
llegar dicha información e insta a los responsables políticos a no hacer
"cálculos cortoplacistas", sino cumplir con su deber de mantener informados a
los ciudadanos en un asunto tan delicado e importante para sus vidas como el de
su pensión futura.

Ocupados, tal
vez, en otros asuntos o compartiendo la estrategia, este es un asunto que los
partidos de la oposición han decidido ignorar. Es verdad que no se debe jugar
políticamente con las pensiones públicas
, pero tampoco con el derecho de los
ciudadanos a estar informados sobre las expectativas futuras para tomar las
decisiones más convenientes en el presente.

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