En busca de la inflación
¿Creen que la inflación es parte de la solución a todos nuestros problemas? Desde luego, su vuelta sí supondría una[…]
¿Creen que la inflación es parte de la solución a todos nuestros problemas? Desde luego, su vuelta sí supondría una menor carga en la deuda. Además, la recuperación de la inflación permitiría eliminar uno de los principales riesgos que nos atenaza: la deflación. Y una mayor inflación llevaría a tipos de interés oficiales más elevados, permitiendo de esta forma a los bancos centrales normalizar la política monetaria. Esto evitaría riesgos a medio plazo derivados de una política monetaria demasiado laxa durante demasiado tiempo. Todo esto conllevaría una más adecuada distribución de los recursos. Incluyendo la retribución del ahorro y las expectativas de rentabilidad de la inversión productiva.
Sí, la vuelta de la inflación sería una buena cosa. Aunque no exenta de costes. Y me refiero al riesgo ahora de excesos con los bajos tipos de interés en la renta fija internacional. Pero, sería cuestión de tiempo que quedará compensado por el resto de las «ventajas». Eso sí, podría llegar a ser más tiempo del deseable.
Pero, ¿cómo hacer para que repunte la inflación? Mejor dicho, ¿qué más se puede hacer como complemento a las medidas ya tomadas? La inflación, como fenómeno monetario que es, debería responder a los importantes estímulos monetarios efectuados desde 2009. Me refiero a tipos de interés oficiales casi nulos en las principales economías desarrolladas y multiplicación por cuatro de su base monetaria. ¿No es suficiente? Pues habrá que perseverar. Aunque también les diré que hay mucho escepticismo académico «práctico» sobre el éxito de todas estas medidas para afianzar la inflación. Los argumentos varían en este caso entre el deterioro de las perspectivas de crecimiento a futuro, la baja productividad marginal y la importación de desinflación. Este último punto estaría constituido tanto por los bajos precios de las materias primas como por los ajustes de precios internos en economías exportadoras. Como sería el caso de China.
¿No les convence todo lo anterior? Ya les anticipo que es demasiado complejo como para tener las ideas claras. Los bancos centrales desde luego no parecen tener una posición unánime sobre qué hacer, lo que no les impide tomar nuevas medidas aunque no sean unánimes. Perseverar en la dirección de las ya tomadas, como decía antes. Aunque no queda muy claro si su objetivo es luchar contra el riesgo de desinflación o que los mercados recuperen la estabilidad perdida. Veremos. Quizás, incluso, que la inflación se recupere sea sólo una cuestión de tiempo. Y con ello no me refiero a la eficacia de las medidas monetarias (las ya tomadas y las futuras), como a una mera cuestión demográfica. Esto al menos se puede extraer de un reciente estudio del FMI que encuentra relaciones entre la evolución de la inflación y el factor demográfico.
Los setenta fue una década de elevada inflación; desde los noventa la inflación se ha mantenido en niveles muy bajos, incluso cerca de niveles nulos con el inicio de la Gran Recesión en 2009. ¿Puede existir una relación entre el baby boom y la inflación? ¿podría entonces retornar la inflación cuando esta generación se retire? ¿y por qué no? De hecho, el FMI encuentra una relación empírica suficientemente robusta con forma de U entre la inflación y la estructura de edad.
De acuerdo con el estudio del FMI, el baby boom aumentó la inflación en USA en seis puntos entre 1955/1975. Y la rebajó en cinco puntos entre 1975/1990. Por el momento, la inflación se mantiene baja en un contexto de progresivo envejecimiento de la población. Pero, aún elevada población activa. ¿Podría retornar la inflación cuando se inicie el retiro de la generación de los sesenta? Naturalmente, ahora deberemos discutir cuándo se va a retirar esta generación.
Años, probablemente. Aunque la presión oficial es alargar al máximo la edad de jubilación precisamente para aplazar potenciales problemas en los sistemas públicos de pensiones. Pero la racionalidad oficial pasará por no desperdiciar el conocimiento y mantener tasas elevadas de crecimiento potencial. ¿Y su impacto en la inflación? Limitado a corto plazo, pero con una clara tendencia al alza a medio plazo. Y esto no lo están recogiendo los mercados, tan sesgados siempre (y especialmente ahora) hacia el corto plazo.