Entrevista a Rajoy: ganan los pensionistas, pierden los rentistas
Alguien le recomendó a Mariano Rajoy que debería aprovechar su comparecencia en la televisión pública para justificar las decisiones contrarias[…]
Alguien le recomendó a Mariano Rajoy que debería aprovechar su comparecencia en la televisión pública para justificar las decisiones contrarias al programa del PP que había adoptado su Gobierno y para recordar a los ciudadanos la difícil situación en la que nos encontramos.
Tal discurso tardío se olvidó de que el Gobierno está a punto de presentar su propuesta de Presupuestos para el 2013 y exigía una mirada, fundamentalmente, al futuro. Los discursos cercanos a un presupuesto son discursos de futuro y por eso hay un problema: o Mariano Rajoy se equivocó de fecha para su última comparecencia o dentro de dos semanas volverá a presentarse ante los ciudadanos españoles para explicar con detalle, como lo ha hecho Hollande en Francia y el primer ministro portugués, los aspectos más importantes de la propuesta de Presupuestos que el Gobierno va a presentar al Congreso.
Probablemente dentro de dos semanas podrá responder a la esperada pregunta sobre si el Gobierno va a pedir el rescate. Tampoco Mariano Rajoy puede prodigar mucho su dubitativa actitud en este aspecto, si no quiere que una mañana se tuerza la prima de riesgo e inicie una amenazante subida.
El titular se lo dio a las periodistas señalando que el Gobierno está preparando algo para castigar fiscalmente las plusvalías. En Francia, se va a penalizar a los que más ganan porque ya existe una dura fiscalidad sobre los que más tienen. En España parece optarse por penalizar a los que, tengan o ganen, cometen el error de poner su dinero a trabajar y obtener plusvalías. Mala cosa para los rentistas, aunque debemos esperar al detalle.
Como ha sido habitual en sus últimas y contadas comparecencias, Rajoy dedicó mucho más tiempo a subrayar las dificultades presentes que a hablar de las posibilidades del futuro. Y en medio, no anunció ninguna medida que pudiera favorecer el más mínimo crecimiento de la economía española. Todo queda a expensas de que las medidas ya adoptadas, fundamentalmente la reforma laboral, dé sus buenos frutos en los años venideros. Mala cosa que el presidente de Gobierno remita a una reforma que a corto plazo está favoreciendo el despido para tratar de transmitir una mínima esperanza a los ciudadanos.
Una cosa dejó clara: las pensiones no se tocarán y, elecciones o no por medio, parece claro que el colectivo de pensionistas sigue contando con el presidente de Gobierno como su gran valedor ante troikas y condicionalidades de cualquier tipo. No es poco cuando se tiene como objetivo prioritario reducir el déficit público y uno observa lo que se ha hecho en los países intervenidos.