Europa garantiza fiabilidad en su sector financiero
En la década transcurrida desde la crisis financiera, la industria bancaria ha sido sometida a pruebas de estrés periódicas diseñadas para evitar que las finanzas vuelvan a dañar la economía mundial.
En la década transcurrida desde la crisis financiera, la industria bancaria ha sido sometida a pruebas de estrés periódicas diseñadas para evitar que las finanzas vuelvan a dañar la economía mundial. Pero la industria de gestión de activos ha escapado a un análisis similar. Eso puede estar a punto de cambiar, al menos en Europa.
Las recientes modificaciones que ha sufrido la industria, han aumentado la necesidad de evaluar la capacidad de recuperación de los gestores de activos frente a los shocks. El tamaño de la industria, a medida que las tendencias demográficas hacen que el grupo de ahorradores globales sea más grande, viejo y rico, significa que los activos han crecido casi un 50 por ciento desde el comienzo de la década.
Las tendencias demográficas significan que la industria de gestión de activos está aumentando de tamaño. Ese crecimiento coincide con la era actual de tasas de interés récord bajas en bonos del gobierno, que a su vez ha impulsado a las administradoras de fondos a buscar mayores rendimientos disponibles de activos como capital privado, infraestructura y bienes. Pero los fondos que ofrecen reembolsos diarios, mientras que poseen activos negociados con poca liquidez corren el riesgo de incrementar las caídas en los precios, cuando los inversores se precipitan a cerrar posiciones.
Uno de los problemas que evidencio dichó problema, fue el referéndum que tuvo lugar en Reino Unido para salir de la Unión Europea. Semanas antes de la votación, las gestoras de fondos, suspendieron las retiradas de al menos siete fondos del Reino Unido con 18.000 millones de libras (23.800 millones de dólares) en activos, ya que los inversores trataron de deshacer sus posiciones.
A pesar de estas circunstancias, el Tesoro de los EE. UU. en octubre rechazó la idea de realizar pruebas de stress a los fondos. La administración de los EE. UU. está considerando que la regulación posterior a la crisis ha sobrecargado a sus administraciones de activos.
Ahora hay un deseo de desregular por parte de Estados Unidos y otro camino el de la Unión Europa que está lista para ser pionera en las pruebas de estrés para las gestoras. La Autoridad Europea de Valores y Mercados está cerca de publicar propuestas sobre la evaluación de cuán robustos son los fondos del mercado monetario de la UE ante una posible caída repentina en la liquidez. Es posible que el siguiente paso sea medir la capacidad de recuperación de los fondos con mayor negociación.
Una vez que las evaluaciones de liquidez para los gestores de los fondos estén en marcha, los reguladores pueden entonces considerar si es útil medir más ampliamente cómo el sector de fondos se desenvolvería ante una crisis conjunta en el sector financiero. Poniendo en marcha estas medidas se sabrá si existe algún riesgo específico en la gestión de fondo.
La prueba de estrés del sistema bancario, por imperfectos que sean los exámenes, ha demostrado ser una forma útil de valoración. Interrogar a los administradores y gestores de fondos es una alternativa al menos valorable.
La última crisis financiera fue notable por su intensidad y contundencia, con un rápido deterioro en el valor de los activos que los bancos de inversión mantenían en sus saldos de balance, que terminaron destruyendo su patrimonio. El próximo podría distinguirse por su amplitud, ahora que los fondos de pensiones y otras instituciones no bancarias han intervenido para llenar muchas de las lagunas de financiamiento dejadas por el retiro forzoso de la industria bancaria. Este es un sector que hay que analizar y que al menos desde Europa se está intentando buscar la mayor trasparencia y fiabilidad de este nicho dentro del sector financiero.