Europa mira hacia el oro
Entre el martes, cuando se escriben estas líneas, y el viernes de la semana pasada, el oro desarrolló el avance[…]
Entre el martes, cuando se escriben estas líneas, y el viernes de la semana pasada, el oro desarrolló el avance previsto hasta la primera referencia de los 1.265 dólares, al calor de las medidas tomadas por el Banco Nacional de Suiza: unas anticipadas a la fecha prevista y otra completamente por sorpresa para los mercados.
El tirón hasta los 1.265, que se esperaba con cierta volatilidad, fue incluso más rápido de lo que se podía estimar y apenas fue referencia durante dos sesiones, antes de iniciar un inminente ataque a la importante resistencia de los 1.300 dólares que coinciden con el techo del canal lateral-bajista vigente desde hace año y medio.
Es muy probable que el intento tenga cierto éxito inicial, porque la proyección señala los 1.315 como un objetivo muy viable en el corto plazo. Pero no será definitivo hasta observar qué sucede a continuación, ya que la misma estimación de prolongación del movimiento alcista, se confirma como un nivel muy difícil de superar en un primer intento sin una reacción o fase lateral previa.
De momento no caben planteamientos a la baja, porque aún no ha surgido algún indicio de que pueda haber un giro momentáneo, bien por la aparición de un descanso en lateral o bien porque se haya logrado una resistencia significativa. Pero tampoco es ya momento de incorporarse a la fiesta alcista, es mejor conservar un poco de paciencia hasta ver el alcance de la primera reacción cuando se produzca.
Sin embargo en 1.315 aparecería una oportunidad para los intentos de especulación a la baja, porque una reacción desde ese nivel es fácil que hiciera retroceder el precio hasta al menos los 1.265 dólares, ahora convertidos en soporte de los precios. No obstante, ante esas operaciones a la baja, es necesario tener una dosis de cautela más alta de lo habitual, dado el contexto de turbulencias que se viven en los últimos días y los acontecimientos que aún esperan en la próxima semana.
SUIZA Y BCE COMO PROTAGONISTAS
La decisión del regulador suizo de anticipar en unos días el aumento de las tasas negativas que aplica a los depósitos, hasta el -0,75 por ciento, con el fin de frenar el constante flujo de euros hacia el país helvético, delataba que el enorme programa de flexibilización cuantitativa del BCE no sufrirá más retrasos. Un proceso que contribuirá a dañar el valor del euro en los mercados de divisas, al que se le puede sumar la incertidumbre por la ya muy segura victoria de Syriza en Grecia.
La sorpresa vino por la eliminación por parte de Suiza del límite de fluctuación con el euro en el mínimo de 1,20 francos por cada euro, instaurado en el año 2011. Una medida que provocó el lógico descenso del euro frente a la moneda suiza, primero de forma desbocada y más tarde hasta estabilizarse en niveles cercanos a la paridad, además de un terremoto en todos los mercados, especialmente los de divisas, en los que únicamente salieron fortalecidos el oro y la plata.
Con un euro en declive, los depósitos penalizados y el revuelo en los mercados de divisas, las miradas se dirigen al oro como activo refugio desde el que observar con cautela. Unos fundamentos que apoyan un próximo ataque del precio del oro a la importante resistencia de los 1.300 dólares.