Euskaltel, liberbank... mucha atención con las falsas opas del mercado español
En el corto espacio de un mes, el mercado español ha sido escenario de dos falsas ofertas de adquisición de acciones (opas) con Euskaltel y Liberbank, que han provocado un terremoto en sus cotizaciones y una sensación de engaño entre numerosos inversores.
El pasado mes de noviembre, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) anunció la imposición de una multa a cuatro inversores particulares, miembros de una misma familia, por utilización de información privilegiada en la opa de Orange sobre Jazztel que tuvo lugar cuatro años antes. En total, las multas ascendieron a 1.120.000 euros. Al parecer una de estas personas trabajaba en una compañía que asesoraba la opa e informó al clan familiar de la inminencia de la operación, lo que les hizo anticiparse a los movimientos alcistas que experimentó la acción de Jazztel cuando se conoció la noticia y obtener espectaculares ganancias. La noticia, sin embargo, pasó totalmente desapercibida, eclipsada quizá por el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que por esas mismas fechas también fue multado por la CNMV por usar información privilegiada en la venta de acciones de Abengoa, aunque en su caso la sanción fue inferior, de 30.000 euros.
La sanción a estos inversores particulares era una buena oportunidad para que el organismo regulador diera más bombo a este tipo de hechos y recordara que, aunque las investigaciones sobre información privilegiada o manipulación de mercado son lentas, al final quien la hace la paga. Sería un claro aviso para los que en el último mes han soltado en el mercado presuntas operaciones que en ningún momento han tenido el rigor y la confidencialidad que merecen y para los que se han aprovechado de ellas.
Hay que recordar que en 2016 el empresario Trinitario Casanova fue condenado a un año de prisión por manipular el mercado con el objetivo de que las acciones de Banco Popular subieran. Era el año 2008. Y para ello se inventó una opa que filtró a los medios de comunicación. Decía que un grupo de inversores mexicanos estaban muy interesados en lanzar una opa sobre Banco Popular con un precio muy ventajoso para los accionistas. Los títulos del banco rebotaron. Pero era una falsa opa. Como la de Euskaltel, como -salvando las distancias- la de Liberbank.
Por eso, es lógico el enfado del presidente de la CNMV, Sebastián Albella, con todo lo que ha sucedido. Operaciones tan importantes para las empresas y sus accionistas no pueden llegar al mercado de esta manera. Es hora de que el regulador vaya a por los que han estado detrás de este esperpento.