Francia mete el primer gol

La primera semifinal la ha ganado Francia. La reunión en Roma entre los máximos responsables políticos de Alemania, Francia, España e Italia ha constituido un triunfo para el presidente francés, François Hollande, al conseguir el apoyo a su iniciativa  de poner en marcha un plan de crecimiento en la zona euro que estaría dotado de 130.000 millones de euros. La iniciativa favorece especialmente a un país que no está en el ojo del huracán de los mercados y que necesita, un cierto crecimiento económico, para no verse abocado a seguir el camino de España e Italia.

El resto de los responsables políticos han salido también muy satisfechos de este encuentro. Alemania, con una estrategia siempre a la defensiva, ha logrado que el resto de los participantes no le metieran ningún gol en aquellos aspectos en los que tradicionalmente no está dispuesta a hacer una concesión. Ha sido muy importante para la canciller Merkel que el resto de los países hayan aceptado que la adopción de los eurobonos no podrá adoptarse antes de una década y después de que se haya conseguido una mayor unidad política y una apuesta por una misma política fiscal. La canciller, haciendo una gran demostración en el ejercicio de cancerbera, ha tenido ocasión de explicar las razones por las que no es aceptable la ayuda directa a los bancos solicitada por España. "Cómo le voy a dejar dinero a un banco español si no puedo decirle lo que debe hacer y controlar su gestión". ¡Bastaría más!

A pesar de todo, Mariano Rajoy se va contento. Contento por haber estado en Roma y por escuchar de sus colegas su disposición a utilizar todos los instrumentos necesarios para salir al rescate de cualquier país de la zona euro y aportar por la continuidad de la moneda. Alivio para el rescate de nuestro sistema financiero a punto de ser solicitada.

A Mario Monti se le notaba la satisfacción de quien recibe continuos elogios por la organización del encuentro y de quien es consciente de que su propuesta de utilizar los fondos para la adquisición de deuda soberana en el mercado secundario puede resolver uno de los más grave problemas planteados a la zona euro en los últimos años.

Todos felices. La cuestión ahora es saber si las decisiones que han de adoptar el 28 y 29 próximos serán coherentes con ese espíritu de cierta solidaridad y apuesta por el futuro de la Unión Europea. La experiencia muestra que hay disposición para adoptar las medidas anunciadas pero se hacen acompañar de unas condiciones que resultan en muchos casos inaceptables.

Ellos saben muy bien que estamos cerca de la final y que ahora no pueden permitirse pasos en falsos y frustraciones. Los inversores, que constituyen los mercados, deberán decir el próximo lunes si el paracetamol de los fondos europeos para comprar deuda soberana es suficiente para cortar la infección mientras que el antibiótico (eurobonos) no podrá administrarse en el mejor de los casos hasta dentro de diez años. Mucho tiempo... pero optimismo que no falte.

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