Hallan otro polvorín clandestino en Tui con 500 kilos de explosivos
El polvorín clandestino que el pasado miércoles reventó en la parroquia pontevedresa de Paramos llevándose por delante la vida de[…]
El polvorín clandestino que el pasado miércoles reventó en la parroquia pontevedresa de Paramos llevándose por delante la vida de un matrimonio y destrozando un centenar de casas no era el único que su propietario escondía. La denuncia de los vecinos puso a los agentes de la Guardia Civil sobre aviso de la existencia de un nuevo almacén ilegal en la aldea cercana de Baldráns, donde se localizaron 475 kilos de pólvora y más de 100 de nitrato. En el registro de este almacén ilegal estuvo presente el dueño de la pirotecnia «La Gallega», en libertad con cargos acusado de dos delitos de homicidio imprudente, además de estragos. La existencia de este cobertizo ya fue denunciada en el pasado por un vecino próximo, que ahora ha vuelto a insistir en el peligro evidente de que estos explosivos se guarden «tan cerca de casas y carreteras por las que pasan niños para ir al colegio».
Se cree que Francisco González Lameiro usaba estos almacenes para esconder el material de la pirotecnia que regentaba desde hacía décadas y que fue clausurada el pasado año por problemas urbanísticos. Tanto es así que, descubierto este segundo arsenal, no se descarta que exista un tercero que ya está siendo investigado. Algunos de los materiales incautados, que serán destruidos en un breve espacio de tiempo según aclararon desde el Instituto Armado, estaban ya listos para su uso. Probablemente, en las verbenas de las celebraciones estivales que ahora se aproximan.
Además de la muerte de una pareja que dejó dos hijos huérfanos y que vivía pared con pared con los explosivos que explotaron, al arrestado se le imputa el delito de riesgo catastrófico en la modalidad de delito de riesgo provocado por explosivos y otros agentes. A su salida de los juzgados tras su puesta en libertad el pasado viernes, el letrado del investigado expresó la voluntad de su defendido de «colaborar con la Justicia» y señaló que, en su declaración, González Lameiro admitió que almacenaba en la vivienda de la parroquia de Paramos material para fabricar explosivos. Lo mismo había confesado previamente a los efectivos que lo detuvieron, aunque ante ellos negó cualquier tipo de responsabilidad sobre la deflagración.
Mientras las investigaciones de la Guardia Civil persisten en busca de nuevos polvorines rodeados de casas, los vecinos que se han quedado sin hogar tratan de organizarse para recibir las ayudas de la manera más rápida posible. El primer paso ha sido formar una plataforma en la que se han inscrito todos los afectados que no contaban con seguro. Las últimas estimaciones revelan que son unos 120 los inmuebles con daños serios. De ellos, una veintena de casas deberán ser levantadas de cero. Además, son decenas los vecinos de Paramos que lo perdieron todo tras la brutal explosión ?incluso detectada por sismógrafos de Zamora? y que ahora tratan de recuperar sus bienes de entre los escombros.