Hay que cambiar los hábitos a la hora de ahorrar

Tres estudios sobre el ahorro de los
españoles han aparecido en la última semana. Sorprende tal preocupación justo
en un momento en el que el ahorro está siendo maltratado y los inversores se
las ven y se las desean para mantener, al menos, su patrimonio. Porque los
bajos tipos de interés y la nula o casi nula rentabilidad de los activos
tradicionales supone, de hecho, un gravamen al ahorro con el que se está
financiando una parte del déficit público. No es ninguna casualidad que en los
países europeos con mayores dificultades económicas (Irlanda, Portugal e
Italia, España) sea donde peor se retribuyen los depósitos bancarios.

Los tres estudios ponen de manifiesto una
creciente preocupación de los españoles por ahorrar para el futuro, en su
convencimiento de que las pensiones públicas no llegarán a cubrir sus mínimas
necesidades. Pero, esas intenciones no se traducen en comportamientos
consecuentes, bien por falta de capacidad para ahorrar, porque el consumo
acapara todos sus recursos financieros o porque nos cuesta mucho cambiar los
hábitos.

Según el tercer estudio del Observatorio del
ahorro a largo plazo, los españoles siguen confiando en los depósitos
bancarios  como principal activo para colocar
su dinero, seguido de los planes de pensiones y de los fondos de inversión. Y
la mayoría de ellos no ha cambiado de activo en los últimos años, pese a las
transformaciones que se han producido en el escenario del ahorro. Naturalmente,
no consideran necesario la labor de un asesor financiero. Todo ello significa
que el ahorrador español está a merced de su entidad financiera, que subirá o
bajará la rentabilidad de sus cuentas y depósitos sin miedo a perder su
clientela. Otra de las características del ahorro de los españoles es su
apuesta por los activos locales, ignorando las posibilidades que ofrecen
los  valores europeos al hacer alguna
inversión en Bolsa.

Tenemos conciencia de la necesidad de
ahorrar, pero nos cuesta mucho ser activos y adecuar ese ahorro a la situación
del mercado. Es comprensible tal dificultad en una economía tan bancarizada
como la española. Pero hay que superarla.