Inversión responsable, sostenible... y rentable
En medio de una semana plagada de acontecimientos y decisiones políticas (Brexit, Trump, juicio del Supremo sobre el independentismo...), han[…]
En medio de una semana plagada de acontecimientos y decisiones políticas (Brexit, Trump, juicio del Supremo sobre el independentismo...), han siso, sin embargo, las informaciones sobre lo que en el mundo financiero se denominan "factores ASG" (Ambientales, Sociales y de Buen Gobierno) las que han ocupado buena parte de las portadas. La ONU ha advertido que es urgente tomar decisiones contra el cambio climático, mientras que los estudiantes de un millar de ciudades de todo el mundo se manifestaban en protesta por una crisis ambiental que les va a dejar una pésima herencia. De otra parte, el presidente de honor del BBVA abandonaba temporalmente sus cargos, sólo un día antes de la junta de accionistas de la entidad.
El medio ambiente, el compromiso social y la buena gobernanza de las empresas han dejado de ser meros asuntos de reflexión en el ámbito de la ética para convertirse en factores fundamentales que toda compañía ha de tener en cuenta si quiere triunfar en su desarrollo. Por eso, la inversión sostenible y responsable, que tiene en cuenta esos tres criterios, se va imponiendo en las decisiones de ahorradores/inversores. Lo hace de forma más lenta en España que en otros países, pero es, sin duda, un proceso imparable que, seguramente, en poco más de un lustro dejara de tener sentido, simplemente, porque todas las compañías cotizadas estarán apostando por los factores ASG. Esta apuesta está haciendo que algunas gestoras estén adoptando una actitud activa en defensa de los partícipes de sus fondos y exigiendo en las juntas de accionistas importantes cambios a las empresas. Sirvan como muestras estos dos ejemplos: En España, una gestora internacional se ha opuesto en el 41 por ciento de sus intervenciones al incremento de la remuneración de los directivo por no encontrarlo justificado. En Holanda, otra gestora obligó a los máximos directivos de Shell a que sus aumentos de salarios estuvieran relacionados con los esfuerzos de la compañía para reducir la contaminación. Es más que una forma de hacer valer sus derechos porque los datos demuestran que las inversiones sostenibles y responsables están siendo más rentables que las tradicionales.