La dimisión de Monti nos afectará negativamente
El consenso en el mercado es que una figura del perfil experto en economía y mercados financieros de Mario Monti es la única posible para sacar a Italia de la espiral negativa
El primer ministro italiano anunciaba que dimitiría de su posición de jefe del Gobierno, una vez sea aprobado el presupuesto en el parlamento italiano y esto podría ocurrir tan pronto como este mismo mes de diciembre. Las elecciones se llevarían a cabo a mediados de Febrero, seis meses antes de lo previsto. El tecnócrata que logró tranquilizar a los inversores en la deuda italiana, tras la estampida provocada por los excesos de Berlusconi, se ve obligado a renunciar anticipadamente por las presiones del resto de partidos y la falta de apoyo para llevar a cabo su política de ajustes tan necesarios para reducir el enorme peso de deuda de su país.
El consenso en el mercado es que una figura del perfil experto en economía y mercados financieros, como es el de Mario Monti, es la única posible para sacar a Italia de la espiral de gastos y endeudamiento estatal alentado por el desorden e indisciplina de gobiernos como el del populista Berluconi.
La deuda sobre PIB de Italia ha llegado a duplicar la de España. Con el incremento de este ratio en nuestro país, que se ha producido principalmente por la falta de crecimiento, la diferencia ha disminuido pero sigue siendo muy importante.
Hemos dicho en innumerables ocasiones que los problemas que debe afrontar España son muy diferentes, que lo que hay que resolver es el endeudamiento privado y no el del Estado. Y para ello el tema se debe abordar desde una perspectiva de estímulos al crecimiento y no tanto desde los recortes, como es el caso de Italia.
Por estas razones , la percepción actual del mercado es que , aunque la cifra total y relativa de deuda pública española es sensiblemente mas pequeña , la capacidad de nuestro país para hacer frente a sus obligaciones es menor por la falta de expectativas de crecimiento económico, nivel de paro y en definitiva menor capacidad de recaudación.
De hecho, la prima de riesgo entre Italia y España sigue cotizándose a favor de Italia en torno a unos sesenta puntos básicos.
En la época de la crisis de Berlusconi, en noviembre del año pasado, esta diferencia se dio la vuelta y se cotizaba en la misma cuantía pero a favor de España. Otro italiano, Mario Draghi, fue quien salió al quite y con su agresiva política de inyección de liquidez, LTRO´s, tan criticada por el Bundesbank logró salvar a su país, que se mantuvo estable posteriormente gracias al cambio de gobierno.
La interrelación global y por supuesto dentro de la zona euro es palmaria. Lo que se decida o acontezca en cualquier lugar de nuestro entorno nos afecta, y lo hace de manera más contundente sobre los puntos considerados más débiles, es el caso de España.
Hasta ahora el único elemento común que se ha atrevido a implementar medidas para equilibrar estos efectos colaterales ha sido el Banco Central Europeo y lo ha vuelto a poner de manifiesto en su última reunión en donde nos dejaba claro su intención de bajar tipos de interés, incluso de imponer tasas negativas a depósitos bancarios, para estimular la deteriorada economía europea, aunque éste no sea su mandato.
Alemania, como principal potencia de la zona euro, debería tomar buena nota y contribuir a estos efectos compensadores en lugar de dedicarse a poner trabas en el camino de la recuperación. Si no reacciona lo sentirá en sus propias carnes, si no, solamente hay que echar un vistazo a sus últimas cifras de producción industrial y de balanza comercial, o a las previsiones de crecimiento que el propio Bundesbank ha realizado para el año próximo.