La empresa española necesita financiación no bancaria
El Banco Central Europeo está realizando desde hace ya algún tiempo intentos para que la financiación de las empresas en la eurozona, sobre todo la de las pequeñas y medianas, se agilice y se desfragmente.
El Banco Central Europeo está realizando desde hace ya algún tiempo intentos para que la financiación de las empresas en la eurozona, sobre todo la de las pequeñas y medianas, se agilice y se desfragmente. De todos es sabido que no tienen el mismo acceso al crédito las corporaciones de los países periféricos que los centrales. En gran medida, el problema proviene del sistema financiero que en nuestros países se encuentra muy vinculado al riesgo soberano y, por tanto, sufre cuando existen dificultades derivadas de la deuda pública, como las que hemos padecido en los últimos años.
Pero la dificultad también tiene una característica estructural o de sistema, y ésta es que las empresas europeas dependen en su mayor parte de la banca para buscar recursos de financiación y, a diferencias de otros países o zonas, no suelen acudir directamente a los mercados de capitales en busca de financiación. Antes de la crisis, el 90% de la financiación dependía de la banca, que tuvo que hacerse cargo, tras el batacazo en la construcción, de gran parte de las pérdidas que se originaron después y que, a su vez, hicieron entrar en un círculo vicioso al sistema financiero, del que sólo se ha ido pudiendo salir mediante inyecciones de dinero público.
Según estudios realizados recientemente, los canales de financiación alternativos podrían ascender en la actualidad hasta cifras cercanas a 160 mil millones de euros. Es necesario, simplemente, abaratar el coste de acceso a estos mercados y la creación de calificaciones crediticias para que las empresas puedan ser valoradas en los mercados de capitales.
En este sentido, y como mencionaba al principio, el Banco Central Europeo intenta animar el mercado de titulizaciones de préstamos conocidas como ABS, que sería un primer paso para que las entidades financieras pudiesen negociar los títulos creados con paquetes de préstamos concedidos al mundo corporativo. Con ello se eliminarían trabas y trámites, al mismo tiempo que bajaría el listón a la hora de conceder créditos, además de abaratarlo. La transmisión de la política monetaria del Banco Central sería más eficaz de utilizarse estos instrumentos.
El segundo paso para que la inversión pueda llegar con mayor facilidad al tejido empresarial, sería la de que las empresas puedan emitir deuda que se negocie en los mercados secundarios. En España existen ya proyectos en funcionamiento, como el de la plataforma de mercado alternativo de renta fija, que permitirá la negociación de emisiones de renta fija corporativa. Ésta será la solución de futuro que permita desbloquear la actividad empresarial y que reduzca la peligrosa dependencia, que hasta ahora siguen teniendo las empresas españolas de los bancos.