La Fed manda

La Reserva Federal ha vuelto a subir los tipos de interés otros 25 puntos básicos, dejando el precio del dinero en un intervalo entre el 1 y el 1.25%. Se trata de la segunda subida en lo que va de año y la cuarta desde 2015. Este movimiento estaba totalmente descontado por los inversores, que otorgaban un 96% de posibilidades a esta decisión.

La Reserva Federal ha vuelto a subir los tipos de interés otros 25 puntos básicos, dejando el precio del dinero en un intervalo entre el 1 y el 1.25%. Se trata de la segunda subida en lo que va de año y la cuarta desde 2015. Este movimiento estaba totalmente descontado por los inversores, que otorgaban un 96% de posibilidades a esta decisión.

También estaba totalmente justificada por la macroeconomía, donde todas las variables más relevantes se encuentran muy cerca de los objetivos de los funcionarios americanos. El crecimiento se está consolidando en torno al 2%, el desempleo se encuentra en niveles de pleno empleo, en el 4.3%, y la inflación, que es la variable más importante para los miembros del FOMC, se sitúa en 1.9%, muy cerca del 2% deseado.

A principios de año existían ciertas preocupaciones sobre los efectos que podrían tener los planes de Trump sobre la inflación, ya que sus principales políticas estaban enfocadas a la reducción de impuestos y al aumento del gasto público. Sin embargo, la negativa de su propio partido a desarrollar sus promesas electorales está retrasando más de lo esperado unas medidas que podrían traer consigo presiones inflacionarias. Uno de los miedos del mercado, en estos momentos, se centra en si la Reserva Federal se ha apresurado a subir los tipos, descontando de estas nuevas políticas.

A pesar de la seguridad que tenían los inversores respecto a esta subida en las tasas, no existe un consenso claro sobre si veremos una tercera subida durante este año. Janet Yellen, Presidenta de la Reserva Federal, condicionó esta decisión a la evolución de la economía norteamericana. Es muy probable que hasta la última reunión del año, en el mes de diciembre, no veamos ningún otro movimiento, en dicha reunión las principales casas de análisis otorgan un 40% de probabilidades al alza en las tasas.

La reunión de ayer también sirvió para conocer la estrategia que utilizará la Reserva Federal para reducir su balance. Hay que recordar que para estimular la economía, la institución norteamericana, además de mantener los tipos de interés en el 0%, introdujo tres programas de estímulo no convencionales conocidos como "quantitative easing". Estas compras mensuales de activos incrementaron su balance de 1 a 4.5 billones.

Aunque no concretó ninguna fecha, Yellen sugirió que será "relativamente pronto". La reducción del balance se realizará de manera gradual, el Gobierno dejará de reinvertir 10.000 millones al mes, de los que 6.000 millones serán de bonos y los 4.000 restantes de MBS (deuda respaldada por hipotecas). Cada tres meses se incrementarán a esta cantidad, 6.000 millones en los bonos y 4.000 millones en los MBS, para llegar al cabo de un año a 30.000 millones de bonos y 20.000 millones de MBS al mes, que se dejarán de reinvertir.

Esta decisión ha provocado una ligera apreciación del dólar, que a pesar de seguir cotizando por encima de la zona de 1.11 en el cruce frente al euro no logra acercarse a los niveles esperados por los inversores, cuando se pronosticaron tres subidas de tipos para este año. Parece que el mercado está más pendiente de la normalización monetaria en Europa, que de las recientes subidas de tipos en Estados Unidos. 

En cuanto a la renta variable, aunque seguimos siendo positivos de cara a final de año, consideramos conveniente empezar a cubrir las carteras de cara al verano y de manera puntual. Tras un primer semestre plagado de importantes referencias y saldadas con éxito, los principales índices bursátiles se han revalorizado en torno al 8% en EEUU y por encima del 10% en Europa.

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Esta situación, unida a la gran disminución de volumen podría incitar a los inversores a deshacer posiciones tras el buen comportamiento de los últimos meses. Además hasta el mes de septiembre no volveremos a gozar de nuevos eventos de máxima relevancia, como las reuniones de los principales bancos centrales y las elecciones generales en Alemania, Grecia y puede que en Italia.

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