La lira
El famoso síndrome de La Moncloa es una suerte de trastorno que consiste en un estado gradual de aislamiento perceptivo,[…]
El famoso síndrome de La Moncloa es una suerte de trastorno que consiste en un estado gradual de aislamiento perceptivo, y lo sufren los jefes del Gobierno al volverse, con el tiempo, incapaces de detectar el pulso social del país y sumirse en un desmayo político. Por lo general desemboca en una introversión creciente que empuja a los inquilinos del palacete a un hermetismo huidizo y anticipa el fin de sus mandatos ejecutivos. Pero existe una variante hedonista de ese encierro de los gobernantes en sí mismos, que se manifiesta en el disfrute del poder con una delectación ajena a dificultades y conflictos. Ocurrió con Aznar y Zapatero en sus últimos períodos y sucede de modo prematuro con este Sánchez entregado con los cinco sentidos al turismo de Estado, al privilegio de los transportes exclusivos y a la autocomplacencia con su protagonismo, como si el mero ejercicio del cargo supusiera la consumación de su destino. Mientras su alrededor brotan cada vez más hogueras, el presidente toca la lira ante el ataque de pánico de su propio partido.