La protesta «Rodea el Congreso» fracasa pese al aliento de Podemos
En las elecciones generales del 26 de junio algo más de 24 millones de ciudadanos españoles (24.161.083) con derecho a[…]
En las elecciones generales del 26 de junio algo más de 24 millones de ciudadanos españoles (24.161.083) con derecho a voto ejercieron su deber y depositaron su sufragio en las urnas; es decir, un 69,84% del censo. De todas esas papeletas, 225.888 fueron nulas, bien por equivocación o adrede. Otros 10 millones de personas (10.435.955) se abstuvieron, esto es, no fueron a las urnas (30,16%), por los motivos que sean. Mientras tanto, 178.521 ciudadanos , el 0,75% de los españoles con derecho a sufragio, protestaron con un voto en blanco. Ésa es la forma prevista por el sistema electoral para quien no se siente representado por ninguna de los partidos que concurren en los comicios.
Ayer, cuando los representantes elegidos democráticamente votaban en las Cortes la investidura del nuevo presidente del Gobierno, fueron unas 3.000 personas ?según la Policía? las que se echaron a la calle para despreciar y tachar de «ilegítimo» un Gobierno del PP(7.906.185 votos) presidido por Mariano Rajoy. Los convocantes prometieron que la protesta sería pacífica, pero el daño que buscaban no era físico; sino cuestionar la legitimidad del sistema político de la Transición.
Al final, y pese a que desde Unidos Podemos (5.049.734 votos) se había alentado la protesta durante toda la semana, presentándola como el mero «ejercicio democrático» de manifestación, la iniciativa «Rodea el Congreso» defraudó sus propias expectativas. Ni siquiera las levantó la presencia anunciada de varios diputados del grupo populista, cuyo líder, Pablo Iglesias, no compareció por más que hubiera jaleado la protesta con incendiarias acusaciones contra los diptuados. «Dicen que han movilizado 500 policías, pero hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que ahí fuera», dijo el jueves, provocador. Ayer, dentro del hemiciclo, insistió en proclamar el «epílogo» del «régimen político del turnismo» entre PP y PSOE. «Su sistema político está herido de muerte», advirtió.
Pancartas de IU y del PCE
El coordinador general de Izquierda Unida, Alberto Garzón, y el diputado de Podemos Rafael Mayoral acudieron a la Plaza de Neptuno para espolear los ánimos de quienes portaban la pancarta principal con el lema: «Ante el golpe de la mafia, democracia. No a la investidura legítima». También los diputados próximos a Iñigo Errejón Sergio Pascual, Auxiliadora Honorato y Ángela Ballester hicieron acto de presencia, para desmentir fisuras en Podemos sobre qué estrategia de lucha seguir.
El diputado del grupo morado por Jaén Diego Cañamero
se echó a la calle para negar la legitimidad de Rajoy como presidente, que luego rechazó con su voto dentro desde su escaño. «El voto no da derecho ni a oprimir ni a abusar. Nadie vota para que haya 5 millones de parados o desahucios, sino para que haya futuro», declaró entre pancartas. Y siguiendo con la estrategia «bipolar» de Podemos de azuzar las calles contra las instituciones que ahora integran, animó a «tomar pacíficamente las plazas, que son el parlamento del pueblo», informa Ep.
Por la manifestación apareció también uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero. Y el concejal de Economía del Ayuntamiento de Madrid, Carlos Sánchez Mato, que venía de estrenar una plaza en el distrito madrileño de Vicálvaro con el nombre de Brigadas Internacionales. El equipo de Manuela Carmena (Ahora Madrid) aprovechó la coincidencia de su 80 aniversario para azuzar la protesta contra el Gobierno. «Gracias por venir a nuestra patria a combatir el fascismo», dijo el concejal como preludio de «Rodea al Congreso». Los manifestantes, con banderas y pancartas de IU y del PCE, recogieron la soflama: «Madrid será la tumba del fascismo».
Sin incidentes
Un fuerte dispositivo policial, con un millar de agentes implicados, evitó que los manifestantes se acercaran durante la jornada de investidura al Congreso, blindado en todos sus accesos. La protesta, que partió de la Plaza de Neptuno, prosiguió entre cánticos e insultos contra el PP, el PSOE, la dirigente andaluza Susana Díaz o el expresidente Felipe González por el Paseo del Prado hasta la Plaza de Cibeles. Y de ahí por la calle de Alcalá hasta la Puerta del Sol, donde concluyó a eso de las 21 horas, media hora después de que Mariano Rajoy fuera investido presidente del Gobierno por los representantes de la soberanía nacional reunidos en las Cortes.