La triste historia de la fundadora de la Lotería del Niño

Aunque nos duela, el destino no siempre es grato con las buenas personas. La triste realidad es que los años[…]

Aunque nos duela, el destino no siempre es grato con las buenas personas. La triste realidad es que los años no tienen por qué guardar una recompensa para una vida de dedicación y trabajo. Y un ejemplo claro de ello es lo que le sucedió a María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros.

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