La verdad de los "food stamps"
"Cada jugador debe aceptar las cartas que le da la vida. Pero una vez que están en la mano sólo[…]
"Cada jugador debe aceptar las cartas que le da la vida. Pero una vez que están en la mano sólo él debe decidir cómo jugarlas".
Voltaire. Escritor, historiador y filósofo francés.
Me he quejado durante varios años de que EE.UU. se estaba convirtiendo en una sociedad orientada a la limosna y por lo que parece, continúa en la misma dirección. La semana pasada se conoció que la adjudicación de cupones de alimentos ha crecido hasta marcar un nuevo máximo histórico en las 47.102.780 personas. En agosto, 1 de cada 6,7 personas estaba recibiendo cupones de alimentos. Esto supone el 15% de las personas que viven en EE.UU. El uso de cupones creció un 2,9% desde agosto del 2011 hasta julio del 2012:
Desde octubre del 2007, el uso de cupones se ha incrementado un 74,4% mientras que la población ha aumentado en ese mismo periodo un 3,9%. Este es un gran mal que está haciendo daño a EE.UU. puesto que tenemos a 47 millones de ciudadanos que dependen de los beneficios federales de asistencia alimentaria junto a una alta tasa de desempleo durante los últimos 5 años. También algo de lo que se está hablando poco es de los estudiantes universitarios como uno de los grupos en los que más ha crecido la adjudicación de los cupones. Y es lógico, puesto que las tasas de las matrículas se han incrementado mientras que las ayudas financieras se reducían. Si a eso añadimos que los padres, que alguna vez fueron el apoyo financiero del hijo estudiante, han perdido sus empleos y muchos también sus hogares, no debería sorprenderle a nadie que los pobres estudiantes se hayan tenido que valer por sí mismos.
Esta remesa del "baby boom", que se presenta como la columna vertebral de los futuros ingresos que financien el socialismo, está actualmente muy endeudada y dependen cada vez más de los programas sociales. Una dependencia que ha dejado su reflejo en el resultado de las elecciones y que sugiere que sólo cabe una solución, la monetización de la deuda. Esto tendrá un efecto muy negativo en las monedas fiat, especialmente en el dólar, ya que la mayoría de la deuda mundial está denominada en dólares estadounidense.