La volatilidad política lo invade todo

Los peores augurios sobre las consecuencias económicas de la crisis catalana están a punto de cumplirse, a la vista de[…]

Los peores augurios sobre las
consecuencias económicas de la crisis catalana están a punto de cumplirse, a la
vista de las advertencias del Banco de España y con los datos que empiezan a
conocerse del último mes. Y la Bolsa española, sin la alegría que el resto de
los mercados, es fiel notario de esta degradación, que ha cortado una
recuperación económica y unas perspectivas claramente optimistas. Lo malo de
todo esto es que la crisis ha entrado en una especie de montaña rusa donde las
sensaciones cambian día a día.
A la habilidad de convocar unas rápidas
elecciones en Cataluña, le sucede el encarcelamiento de los miembros del hasta
hace poco gobierno de la Generalitat, que decidieron no huir hasta Bruselas y
asumir las consecuencias jurídicas. La volatilidad política lo invade todo y,
en lenguaje para los inversores, nos encontramos con una situación de alto riesgo
para los que decidan apostar por la Bolsa española, donde se ofrecen
oportunidades de rentabilidad en poco tiempo, pero también de pérdidas.

Mientras tanto, el resto de los mercados
europeos y americanos sigue a su ritmo, con una tendencia creciente
, toda vez
que se confirma el mejor escenario financiero: una subida de tipos, pero pasito
a pasito. Habrá que confirmar esta estrategia con las decisiones que adopte el
nuevo presidente de la Reserva Federal, tras la decisión de Trump de no renovar
en el cargo a Janet Yellen, haciendo lo contrario -como ha es habitual- que sus
antecesores.

Este escenario ha permitido que octubre,
mes de sustos y sorpresas, termine sin provocar daño en los bolsillos de los
ahorradores. Más bien todo lo contrario, porque el comportamiento de las Bolsas
extranjeras ha sido muy positivo y ha contrarrestado las perdidas de la renta
fija. Así, y a sólo dos meses de que termine, podemos decir que, salvo
catástrofe, el difícil ejercicio del 2017 no será malo para los ahorradores
. Sin
embargo, la aportación de la Bolsa española, y por las razones que ya se han
comentado, ha sido menor de la esperada y de las que prometían los primeros
meses del año.

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