Las familias vuelven a endeudarse
Como si nada hubiera ocurrido en los últimos años, volvemos a repetir gestos y actitudes que en un pasado muy[…]
Como si nada hubiera ocurrido en los
últimos años, volvemos a repetir gestos y actitudes que en un pasado muy
reciente nos llevaron a una de las dos crisis económicas más graves de los
últimos cien años. La repetición de tales errores tiene ahora mayor gravedad
porque la crisis ha dejado tocados a amplios colectivos que ahora tiene todavía
menos recursos para afrontar un nuevo contratiempo. Alentadas por la propia
política económica que tiene en su objetivo principal el crecimiento económico a
cualquier precio, las familias españolas vuelven de nuevo a endeudarse para
consumir. Han dado por concluida su etapa de desendeudamiento, que de forma
disciplinada llevaban a cabo desde principios de la crisis y, tal vez,
siguiendo las pautas del sector público que en ello no ha sido nada ejemplar.
Justo es decir que ese cambio de actitud se debe también en buena parte a la
incapacidad para hacer frente a sus necesidades de supervivencia. Según los
últimos datos de la OCDE, España es el país europeo donde hay un mayor número
de hogares por debajo del umbral de pobreza, pese a que alguno de sus miembros
tenga un puesto de trabajo.
Los tímidos llamamientos de la ministro
Bañez para favorecer y animar a una subida de salarios han sido sólo eso:
tímidos y pocos convincentes intentos. Ningún país es más temeroso a los
riesgos de inflación que una medida de ese tipo pudiera provocar que Alemania
y, sin embargo, ha optado por una subida de salarios que ha consolidado su
economía, aunque sin meterse en una absurda carrera por el liderazgo del
crecimiento con la justificación de crear empleo. Todo tiene sus riesgos, pero
el exceso de endeudamiento sabemos como termina.