Las muertes de científicos más raras de la Historia
La ciencia se enseña, en la gran mayoría de ocasiones, a través de fórmulas que son capaces de explicar infinidad[…]
La ciencia se enseña, en la gran mayoría de ocasiones, a través de fórmulas que son capaces de explicar infinidad de fenómenos, desde por qué los pájaros pueden volar hasta la razón de que los planetas del Sistema Solar giran en torno al Sol. Todo esto viene en los libros de matemáticas, física, química o biología, que ya suelen contener demasiada información sobre la teoría como para contar también la historia de las personas que hay detrás. Incluso aunque las circunstancias vitales de estos científicos, lo que muchos llaman «destino», les empujasen a indagar en esa dirección. En los libros de texto que todos usamos en la escuela, apenas aparecían unos recuadros pequeños, que contaban pequeñas anécdotas, sin desvelar mucho más de aquel hombre llamado Pitágoras que ideó un teorema que llevaba su nombre y que sirve para que funcione nuestro GPS; o aquella mujer conocida como Marie Curie que descubrió un elemento que hoy puede significar la cura contra el cáncer.
Es más: incluso en los manuales más especializados de Historia de la Ciencia, tampoco aparecen detalladas todas las anécdotas, pequeñas o grandes. Mucho menos las muertes, aunque en ocasiones dieran sentido a toda una vida. Para ello, hay que recurrir a sus biografías individuales. O al libro del Licenciado en Física y profesor de secundaria Eugenio Manuel Fernández, «Eso no estaba en mi libro de historia de la Ciencia» (Guadalmazán, 2018). Pero que no lleve a equívocos, pues Fernández advierte: «Este no es un libro de muerte, es un libro de vida. Son científicos que en su mayoría de fueron precipitadamente, pero dejando mejoras en la vida del resto de la humanidad a corto o a largo plazo. En algunos casos pueden incluso elevarse nuestros personajes a la categoría de héroes».
A continuación, 6 de las
150 historias que Fernández ha recopilado para su libro y que, como él mismo señala, «merece la pena mencionar».