Los bancos centrales siguen marcando el ritmo
El nuevo curso comienza con una economía global que no disipa las dudas ya existentes durante el pasado año.
El nuevo curso comienza con una economía global que no disipa las dudas ya existentes durante el pasado año. La ralentización y el estancamiento parecen ser condicionantes lo suficientemente potentes para que cualquier circunstancia o acción puntual, independientemente de su procedencia, genere incertidumbre y miedo en el mercado, produciendo caídas importantes en las principales plazas.
Lo que no ha cambiado y parece que perdurara durante un largo periodo de tiempo es el intervencionismo por parte de los bancos centrales, que se erigen de nuevo en 2015 como los principales condicionantes positivos que moverán al alza los mercados de manera indirecta ya que el principal objetivo son las mejoras económicas en sus respectivas zonas de control.
Estados Unidos parece retirarse de las políticas de estimulo monetario y realizar un vuelco brutal en su política económica valorando una más que factible subida de tipos de cara al 2015, siempre teniendo en cuenta el mismo dato por el cual comenzó desde la primera a la ultima QE, el desempleo que actualmente situada en el 5,8. Los niveles, acelerarán o dilatarán más en el tiempo la subida.
Por el contrario Europa, con las objetivos puestos en la inflación o mejor dicho en la deflación y todo lo que ello conlleva económicamente, ha realizado el camino en el sentido opuesto, se lanzó a las medidas de estimulo no convencionales el año pasado y continuará en la misma línea, éste, el gran problema que nos encontramos en esta economía es que por el momento las reducidas acciones no han tenido efectos visibles, lo que posibilita el gran siguiente paso, la compra de bonos soberanos.
Anteriormente ya hubo una desaprobación por parte de la gran cúpula financiera alemana, que tiene un peso extremadamente importante como todos sabemos, pero las circunstancias han cambiado, unos datos alemanes que no alientan optimismo, tampoco lo hicieron en el pasado y ser una de las economías más expuestas a la incertidumbre griega podría motivar un posible visto bueno y acercamiento a la postura del BCE, ya que primero ha podido comprobar que su economía marca un camino que no es el correcto y, segundo, reparte el riesgo ante una más que improbable salida de Grecia del euro. La fecha clave la tenemos el próximo día 22 para determinar si se lleva a cabo este siguiente paso, en qué cuantía y de qué modo, ya que hay diferentes opciones sobre quiénes serán los tenedores de dichos bonos.
El precedente ya está marcado, y por mucha incertidumbre que se pueda generar respecto a las diferentes economías, mercados, precio del petróleo, depreciación del euro, etc. 2014 nos ha enseñado que en mercados volátiles y cuando todo el mundo espera el florecimiento de algún tipo de nueva crisis, salen los bancos centrales a la palestra, y bien con acciones o con una dialéctica encaminada a contagiar positivismo, transforman las adversidades en palabras que hacen ver un futuro económicamente más prometedor. El precedente es Estados Unidos, de las pocas economías que muestran una mejora económica, el BCE parece no tener otra alternativa seguir sus pasos.