Los templos del consumo se resisten a perder fieles en España
Ya es prácticamente imposible encontrar un sector que no tenga el Uber de turno para hacerle la competencia. Pero es[…]
Ya es prácticamente imposible encontrar un sector que no tenga el Uber de turno para hacerle la competencia. Pero es cierto que pocas veces los afectados han dado una respuesta óptima al escenario empresarial que están dibujando las nuevas tecnologías con la irrupción de los más diversos jugadores. Pocos se han anticipado a esta realidad y ahora lo están pagando. Pero en España el sector de los centros comerciales se ha convertido en una excepción, en un ejemplo de cómo afrontar esta nueva situación.
Mientras en Estados Unidos y otros países europeos se mira con resignación el goteo de cierres de sus centros comerciales, en nuestro país se ha batido récord de inversión en los últimos cuatro años; se han construido 17 centros comerciales, que abrirán sus puertas entre este año y el próximo, y 8 más tienen previsto llevar a cabo una ampliación de sus instalaciones en este mismo periodo. Y si esto es posible, en unos momentos en los que aparecen muchas dudas sobre el futuro del sector, es porque en España llevan tiempo intentando dar respuesta a la amenaza que conllevan los cambios en los hábitos de consumo que el comercio electrónico ha traído.
Los centros comerciales aceleran en España para reinventarse, para dar una oferta integrada a los clientes que acudan a estos templos del consumo, sean de la edad que sean. No se puede limitar a una compra sin más. El objetivo es que la estancia en esos recintos se convierta en una experiencia para el consumidor, que abarque todos los niveles, desde la restauración al ocio o el entretenimiento. Hay que cumplir las expectativas de un cliente más informado, más exigente y que reclamará que el centro que visite sea un ejemplo de sostenibilidad. De momento, la estrategia está funcionando y, aunque existen los lógicos temores por cómo puede evolucionar la economía en los próximos meses, los expertos descartan una repetición de lo que se está viendo en Estados Unidos.
Los pequeños inversores, que podrían sacar partido a través de las socimis especializadas en centros comerciales, se encuentran con que estas compañías están sufriendo en bolsa las incertidumbres a nivel global. En eso, las españolas no han podido ser una excepción, pero confían en que el mercado sepa discriminar y sus acciones recuperen el buen tono.