Mal febrero para un peor año
Podemos decir sin miedo a equivocarnos que febrero ha sido también un mes malo para las carteras de los inversores[…]
Podemos decir sin miedo a equivocarnos que febrero ha sido también un mes malo para las carteras de los inversores y ahorradores. Y lo peor es que tal comportamiento mantiene una tendencia preocupante que hace más de un lustro que no se producía. Es el tercer mes consecutivo de pérdidas y el séptimo en negativo de los últimos once meses. Evidentemente, no es buena época para los rentistas, pero tampoco para los que, siguiendo los consejos más difundidos, hayan tomado posiciones bursátiles en el último año en busca de un algo más de la rentabilidad que ofrecen los productos bancarios tradicionales y la renta fija. Probablemente a estas alturas, y aprovechando las momentáneas recuperaciones del mercado, buena parte de los ahorradores haya corregido algo su cartera y mantengan una actitud paciente a la espera de que el mercado adopte una tendencia de clara mejoría.
El problema es que siguen abiertas una serie de incertidumbres que pesan como una losa en la evolución de las Bolsas. De todas ellas, la que se está convirtiendo en guía principal de los sentimientos bursátiles es el temor a una recesión en Estados Unidos. La verdad es que, si uno contempla la evolución de la economía de EE.UU. y sus periodos de recesión, habría que concluir que, sin duda, estamos muy próximos a que se inicie una recesión, con una Bolsa muy bajista que siempre ha acompañado estos periodos. Cuando los tiempos eran normales y en España apenas se tardaba un mes en constituir un gobierno, se decía que los años electorales eran buenos para la economía de Estados Unidos. La crisis ha acabado con muchos dichos y convencionalismos y, probablemente, dejará de relacionar el año electoral con una buena evolución económica y bursátil. En el caso de España, la incertidumbre política no parece que esté teniendo repercusión por el momento en el mercado. Ya veremos lo que ocurre cuando, tras el verano, nos encontremos en una posición similar a la actual, aunque tampoco hay que temerse lo peor.