¿Más subida en la tarifa eléctrica?

Hay razones para no fiarse de lo que pueda pasar con los precios de la energía eléctrica tras la decisión del Gobierno de penalizar con impuestos y tasas la producción eléctrica, cualquiera que sea su origen.

Hay razones para no fiarse de lo que pueda pasar con los precios de la energía eléctrica tras la decisión del Gobierno de penalizar con impuestos y tasas la producción eléctrica, cualquiera que sea su origen. Si el Gobierno desconfía de los precios que las petroleras fijan para el diésel y la gasolina, también debería desconfiar del precio de las compañías eléctricas. La formación de los precios de la energía eléctrica es más compleja y confusa que la de los precios de la gasolina. El gobierno lo sabe bien.

De la misma forma que tras la subida del IVA se han encendido las luces de alarma respecto al sistema de fijación de precios de las gasolinas, la creación de nuevos impuestos puede ser la ocasión propicia para vigilar la fijación y evolución de precios en el sector eléctrico. Es claro el malestar de las empresas eléctricas, y energéticas en general, por los nuevos impuestos decididos por el Gobierno para afrontar la creciente deuda tarifaría. Se han permitido dos de ellas (Iberdrola y Endesa) anunciar que no solicitarían la prórroga para la central nuclear de Garoña, sorprendiendo al mismísimo Ministerio de Industria. Se trata, sin duda, de una decisión que pretende dejar patente ante el Gobierno que son las compañías eléctricas las que tienen el interruptor de la oferta de potencia de energía. Y los precios, cuando se habla de un sector semillberalizado, se fijan gracias a la demanda, pero también a la oferta.

En esta coyuntura será difícil que los nuevos impuestos eléctricos y energéticos no se terminen imputando a los consumidores mientras que el Gobierno sólo se preocupa de felicitarse por haber resuelto un problema tan grave como el del creciente déficit tarifario. Muy pronto, a finales de septiembre, vamos a tener la primera prueba, con la revisión de la tarifa eléctrica. El ministro de Industria ha dicho que el 50 por ciento del recibo eléctrico, que está sometido a control, no subirá. ¿Que pasará con el 50 por ciento restante? Parece claro que nadie ni nada nos librará de un nuevo incremento. El asunto será la cuantía y comprobar que la subida nada tiene que ver con los nuevos impuestos a los que deberán hacer frente las empresas.

Habría sido conveniente que el Ministerio de Industria, al igual que está haciendo con las empresas petroleras respecto a los precios de la gasolina, hubiera anunciado un control a partir de ahora de la fijación y evolución de los precios eléctricos. Sería bueno para todos. También para las empresas eléctricas que quedarían fiera de toda duda.

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