Mazazo griego para las carteras en junio

Mayo ya venía avisando del deterioro de los resultados de las carteras de inversión. Y en junio, las incertidumbres sobre el futuro de Grecia se han llevado una buena parte de los buenos resultados obtenidos por las carteras en el primer trimestre del año. Un auténtico mazazo, aunque fuera bien previsible.

Las pérdidas han venido de la renta variable con unas Bolsas volátiles que se han movido con mucho miedo al ritmo de los rumores y de las intenciones. Sin embargo, han pasado más desapercibidas las pérdidas cosechadas por los valores de renta fija. Ya lo veníamos advirtiendo desde hace tiempo sugiriendo a los ahorradores a deshacerse de las posiciones en este tipo de activos a largo plazo.

La crisis griega ha animado la subida de tipos en los bonos con la consiguiente caída en la rentabilidad de las carteras de renta fija. Este efecto de subida y bajada sigue siendo un enigma para muchos pequeños inversores que harían bien en tratar de descifrarlo para siempre y así correr menos riesgo. El bono alemán que hace poco más de un mes se colocaba con un tipo de del 0,07 ha llegado casi al 1 por ciento. Con todo, lo peor no ha sido la caída de rentabilidad de la renta fija sino la iliquidez que han presentado muchos de sus activos a largo plazo. Al deshacerse las posiciones se han impuesto las ventas sin que hubiera contrapartida compradora. "Cosas que pasan", como diría el cantautor argentino Jorge Cafrune.

Ahora está por ver lo que harán los mercados durante el mes de julio, lo que dependerá bastante de cómo evolucione la solución de los problemas de Grecia tras el referéndum de este domingo. Se aprecian ganas de recuperación, pero las incertidumbres que sigue habiendo sobre el futuro del país heleno y del propio euro terminarán pesando más que cualquier otra variable. Todas las partes afirman que continuarán las negociaciones, cualquiera que sea el resultado de la consulta a la población griega y tras el impago de deuda al FMI. Eso nos sitúa ya en pleno verano con un mes de julio y agosto que se pueden hacer muy largos y no sólo por el fuerte calor.