Mes clave para las comunidades autónomas y el déficit público

Sin las ayudas del ICO, julio se presenta difícil

Sin las ayudas de la línea de crédito del ICO, que durante los primeros seis meses del año les salvó de una difícil situación económica y financiera, el mes de julio se presenta difícil para las comunidades autónomas y, por extensión, para un gobierno muy presionado ya por la situación del sector bancario. Lo malo es que que la situación no se resolverá con el final del mes de julio sino que puede irse agravando en buena parte de los casos conforme se vaya acercando el fin del ejercicio. La razón es bien sencilla, la mayoría de las Comunidades Autónomas se han quedado sin recursos financieros en los primeros meses del año y, lo que es peor, sin posibilidad de recurrir a los mercados financieros. Y las tensiones no han tardado mucho en aparecer: en la Comunidad Valenciana, las farmacias han hecho un amago de huelga que, por el momento, se ha logrado detener gracias a la promesa del Ministerio de Sanidad de buscar una fórmula para resolver el problema. En Cataluña, la Generalitat ha pedido un crédito urgente de 500 millones de euros a La Caixa para pagar las nóminas. Estas tensiones de tesorería no son nuevas, pero con la línea del ICO se evitaron en el primer semestre.

Sin acceso a los mercados

Hasta ahora, las comunidades autónomas que han recurrido a los mercados financieros lo ha hecho ofreciendo remuneraciones a uno y dos años semejantes al del bono del Tesoro a diez años. Ello supondría en los momentos actuales emitir deuda a uno y dos años con un interés del 7 por ciento, un precio excesivo difícilmente asumible por ninguna autonomía. Y aunque pudieran pagarlo, no está nada claro que se encontrase demanda, pese a gratificar con una alta comisión a las entidades financieras que intermediasen en la colocación. Los últimos informes de las empresas de 'rating' han otorgado una valoración semejante al bono basura a la deuda de las comunidades autónomas y son pocos los inversores que estarían dispuestos en estos momentos a asumir tan importante riesgo, pese a que el Gobierno ha insistido en que no dejará que ninguna comunidad suspenda pagos.

No hay "hispabonos"

El Gobierno ha visto reducir en los últimos tiempos su capacidad de financiar a las comunidades. Los vencimientos del Estado en el mes de julio se acercan a los 20.000 millones de euros y, además, no ha encontrado todavía la fórmula para hacer llegar tal financiación a las comunidades. La posibilidad de crear "hispabonos" está descartada por lo que podría suponer de mayor endeudamiento para el Estado. No hay todavía una decisión tomada, pese a las crecientes necesidades de las autonomías. Lo único que está claro es que cualquier tipo de ayuda pasará por un mayor control de los presupuestos de aquella comunidad que se vea beneficiada financieramente, lo que no deja de provocar recelos en algunas autonomías. Cataluña o Andalucía, por ejemplo, se encuentran en el gran dilema: pedir ayuda y perder autonomía política o plantearse fuertes recortes que crearán un fuerte malestar social. En algunos casos, al final de año algunas autonomías tendrán que hacer las dos cosas, tal es la situación de autentica penuria financiera.

Bruselas contempla con atención las demandas y necesidades de las comunidades autónomas en su convencimiento de que, tras las entidades financieras, constituye el problema financiero más grave de la economía española sin que en estos momentos pueda cuantificarse con precisión. Es verdad que las comunidades están haciendo un gran esfuerzo para bajar el déficit, pero su problema es hacer frente a las necesidades financieras.

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