«Nadie enseña a los padres a interpretar las señales de la adolescencia»

«Parece que a nivel social todos estamos de acuerdo en que tener hijos e hijas adolescentes no es tarea fácil.[…]

«Parece que a nivel social todos estamos de acuerdo en que tener hijos e hijas adolescentes no es tarea fácil. Asumimos la idea de que la adolescencia es un proceso de penuria y confusión al que la persona y la familia tienen que ?sobrevivir?. Desde esta visión tan negativa y reduccionista de la adolescencia, va a ser difícil que podamos acompañarles en las oportunidades propias de este momento evolutivo», apunta Inés Alonso Apausa, psicóloga del Servicio de Mediación para Familias con Hijos o Hijas Adolescentes y Atención a Familias Reconstituidas de UNAF.

La principal oportunidad que tienen los adolescentes, puntualiza Alonso Apausa, «es la de construir su propia identidad más allá de la familia, haciendo un proceso de independencia de sus padres y madres, orientándose hacia el grupo de iguales y encontrándose consigo mismos y su futuro». La familia, añade, «pasa a un segundo plano en la escala de intereses del adolescente, a la vez que estos siguen necesitando que su familia sea una base segura en la que poder apoyarse para su exploración del mundo adulto y de todas las opciones que se abren en esta nueva etapa».

Esta etapa de oportunidades no siempre es acogida con una sonrisa por parte de los progenitores, que se preguntan dónde quedó el niño o la niña de ayer. «Por un lado ?continúa la psicóloga del servicio de mediación de UNAF?, resulta complicado entender que pasar a un segundo plano en los intereses del hijo es necesario en su proceso de crecimiento y asunción de responsabilidades. Por otro, nadie les enseña como padres y madres a interpretar las señales de la adolescencia y esto no es tarea fácil, ya que no tienen aún las herramientas para expresar sus necesidades de manera del todo efectiva», explica.

Con todo esto, finaliza esta profesional, «la adolescencia es una oportunidad para crecer y descubrir, tanto para la familia como para la persona adolescente. Tomémonos un tiempo para intentar entender sus necesidades y disfrutar de este proceso clave en el desarrollo psicológico de nuestros hijos e hijas».

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