Nunca hay ocasión para el debate
El debate sobre las pensiones públicas debería ir estrechamente ligado a la campaña electoral. Pero en España no siempre ha[…]
El debate sobre las pensiones públicas debería ir estrechamente ligado a la campaña electoral. Pero en España no siempre ha sido así. Durante un largo tiempo y a la sombra del Pacto de Toledo, en el que participaron partidos políticos y sindicatos, hubo un acuerdo para que en las campañas electorales no se abordara tan necesario debate. Luego, cuando fue inevitable actuar sobre las pensiones, el debate se hizo público pero se convirtió en un arma arrojadiza que unos políticos utilizaban contra otros. El resultado es que en España tenemos una sociedad escasamente concienciada sobre la necesidad de ahorrar para la jubilación .
Y el caso es que el futuro de las pensiones públicas interesa y preocupa a los españoles. Sólo hay que ver cómo muy recientemente se colapsó la página web de la Seguridad Social a la que cualquier contribuyente podía acceder para conocer su pensión pública futura. Sin embargo, los contradictorios mensajes que han venido lanzando a la opinión pública española sobre el futuro de las pensiones no están provocando un cambio de comportamiento en los patrones de ahorro de los ciudadanos. Es un error que cada vez que algún responsable económico advierte de la dificultad de mantener el sistema en su concepción actual, aparezca el político de turno respondiendo que el sistema no va quebrar nunca, sin explicar al mismo tiempo que no es lo mismo percibir una pensión de 500 euros que una de mil.
Añadamos que tampoco las entidades financieras han actuado como cabría esperar para crear una buena y atractiva imagen del producto. Por ejemplo, las comisiones máximas, que cobraban buena parte de los planes de pensiones comercializados, tuvieron que reducirse por decreto ley.
El problema en España es que siempre se ha considerado que había un problema más acuciante que el de las pensiones públicas para abordarlo. Ahora serán los problemas con Cataluña los que hurten una vez más a los ciudadanos un debate y una información imprescindibles para tomar las decisiones adecuadas para su futuro.